Capítulo 22

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La adrenalina estaba adherida a cada poro de su pequeño cuerpo. Madison dobló hacia la derecha, implorando a que su memoria no le fallara en ese momento.

El sótano era un laberinto, pero Madison había pasado tanto tiempo ahí que conocía bien los caminos. Se había escabullido a ese lugar dos o, quizás, tres veces; simplemente por curiosidad, simplemente por seguir a Moreau y ver a dónde se dirigía. Sí, cada vez que lo hacía se moría de miedo, pero su deseo de ser libre era más fuerte, Madison necesitaba encontrar algo que pudiera garantizar aquello que tanto anhelaba.

Por suerte, Moreau nunca la había atrapado, sino estaba segura de que el día de hoy no estaría con vida.

Aunque lo que sucedió con Hayley desvió todos sus planes.

Si su memoria no le jugaba en contra, sabía que debía doblar a la izquierda. Y así lo hizo. Y la puerta blanca estaba justo frente a ella, abierta de par en par.

Cerró un momento los ojos, el corazón le latía tan rápido que sentía que se saldría de su lugar, y respiró hondo.

No iba a afirmarlo, pero cierto temor también recorría su cuerpo. Y como no, iba a enfrentar a la persona que era producto de sus pesadillas, iba a enfrentar a la persona que tanto le aterrorizaba. Pero estaba decidida a hacerlo, ella quería hacerlo.

Por Hayley, por Barry y, sobre todo, por ella.

"Tú puedes"

"Recuerda lo que le hizo a Hayley, recuerda lo que te dijo Barry: fue culpa de Moreau, todo fue su culpa"

Madison sostuvo la pistola con más fuerza, contó hasta tres y dio dos pasos, adentrándose al lugar con mucho sigilo.

La mujer le estaba dando la espalda, ni siquiera se había percatado de que la niña había entrado. Moreau estaba de pie frente a una computadora, inclinada hacia adelante. Madison observó que estaba tecleando con rapidez unos dígitos que no alcanzaba a ver. Y, lo más importante, es que pudo ver su arma a un costado del escritorio.

La niña supuso que no muchas personas conocían ese lugar, por eso Moreau había bajado la guardia.

Madison sonrió.

Alzó el brazo derecho y, con mucho cuidado, empezó a mover el arma con su característico poder, poniéndola en lo más alto de uno de los estantes. Estaba segura de que la mujer no la alcanzaría, no cuando no había alguna escalera o banquillo cerca.

Cuando revisó el lugar en busca de otra arma, no encontró nada. Madison sostuvo la pistola con ambas manos, avanzó tres pasos y alzó sus brazos hacia el frente.

—¡Moreau! —exclamó con voz potente, sorprendiéndose a ella misma.

La mujer se sobresaltó, definitivamente no esperaba que alguien llegara hasta aquel lugar. Era un sitio con demasiados pasillos y muy escondido. Madison estaba algo sorprendida de que haya mostrado aquel gesto de vulnerabilidad.

La había asustado.

"Excelente, Madison"

Moreau hizo el ademán de coger su arma, pero en el momento que estiró su brazo, lo único que sus dedos palparon fue la madera del escritorio. La mujer volteó, observando a la niña.

Entonces, sonrió.

Madison odiaba tanto esa sonrisa.

—Baja el arma —ordenó aquella mujer, cruzó sus brazos sobre su pecho y trató de lucir despreocupada.

—Debes pagar por lo que hiciste. Por lo que haces —expresó la niña con ira, con desprecio. Tenerla al frente sacaba sus emociones más oscuras.

Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora