—¡Joe, ya está! ¡Sólo salí un momento a caminar! —Madison exclamó, una vez que entró a la casa.
—No puedes salir sin avisar, jovencita —reprendió el hombre cerrando la puerta tras de él. Madison soltó un grito de frustración.
—No puedo hacer esto ahora —masculló, tratando con todas sus fuerzas de no gritar. Entonces, comenzó a subir rápidamente las gradas que la llevaban al segundo piso.
—¡No hemos terminado, Madison!
La niña lo ignoró y llegó al segundo piso. No pudo contenerse y soltó un grito cargado de frustración, colisionando su puño contra la pared del pasillo. Apoyó su frente contra la fría pared y respiró unas cuantas veces, tratando de calmarse.
Escuchó pasos y apretó sus puños. ¿Acaso el hombre no sabía cuándo detenerse?
—Joe, vete —murmuró la niña entre dientes, despegando su frente de la pared para encararlo.
—Debes pedirme permiso para salir, Madison —la niña enterró sus uñas en sus palmas de sus manos.
—No debo pedirte nada. ¡No hice nada malo! —su tono de voz se elevó. —Sólo fueron unas cuadras, Joe. Es de día y este lugar es seguro. Además, ¿se te olvidó que tengo poderes? —intentó razonar. Intentó que la entendiera.
Ahh ¿Qué era lo que le sucedía? Todos estos días el hombre estaba irritable. Sabía que era por Francine, pero no tenía derecho de desquitarse con ella. La menor no tenía la culpa de que su ex-esposa estuviera enferma e internada en un hospital. Madison no tenía la culpa de que el hombre no estaba teniendo la mejor relación con Wally. La pequeña no tenía la culpa de que Iris estuviera algo molesta con Joe por ocultarle la verdad de su madre.
Madison sólo había ido a dar una vuelta, porque había estado toda la mañana metida en la casa. Justo en el momento en que estaba abriendo la puerta para entrar de nuevo a la casa, se topó con Joe saliendo de esta.
El hombre primero se mostró aliviado, pero luego comenzó a reprender a la niña, exigiéndole respuestas. Estaba molesto y, obviamente, Madison se comenzó a enfurecer cuando Joe no dejaba el tema. Seguía y seguía, irritándola.
—No hay excusas. Cada que vez que quieras salir, primero debes preguntarme.
—¡Ni siquiera estabas aquí!
—Entonces, esperas a que regrese.
—Maldición —no pudo evitar expresar. El hombre estaba insoportable. Sus estúpidas reglas comenzaban a cansar a la niña.
—No uses ese lenguaje conmigo, Madison.
—¡¿Qué es lo que ocurre contigo?! —esta vez no pudo evitar gritar con frustración.
—No me eleves la voz —Joe se acercó unos cuentos pasos, señalándola con su dedo índice. Madison se obligó a no retroceder, alzó la cabeza y lo encaró.
—¿O sea que tú sí puedes gritarme, pero yo no? —una risa sin gracia resonó en el lugar —¡No seas hipócrita, Joe! —gritó, sintiendo la energía de su poder recorrer su anatomía, lista para ser liberada.
—Hey ¿qué son todos esos gritos? —su voz interrumpió lo que sea que Joe tenía por decirle.
Madison escuchó la voz de Barry seguido de la puerta cerrarse. La respiración de la niña estaba agitada, su cuerpo estaba tenso. ¿Por qué Joe estaba tan cerca a ella? Necesitaba su espacio. Necesitaba que él se alejara o explotaría en cualquier momento.
—Yo soy el adulto aquí —escuchó la respuesta de Joe, finalmente, ignorando a Barry.
—Entonces, compórtate como uno —la castaña lo observó unos segundos más y luego lo traspasó.
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Innocent Blood [The Flash] Barry Allen / Caitlin Snow
FanficLa pequeña metahumana vagaba por las calles de Central City cuando aquel velocista se cruzó en su camino, cuando aquel héroe trató de mostrarle algo diferente a lo que estaba acostumbrada. Para Flash y su equipo no estaba dentro de sus planes cruza...