CAPITULO XLVII "TU LO AMAS Y NO LO MATAS"

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Tú lo amas y no lo matas

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Tú lo amas y no lo matas.

Tú lo amas y no lo matas.

Tú lo amas y no lo matas...

Golpeé uno de los casi muertos — ¡Aing! Es tan... pero tan... y un... — apreté los puños farfullando una y mil cosas que no debía pensar de él — ¡Pedazo de imbécil! — exclamé levantando tierra con el pie.

Gib elevó las cejas. — Oh, la reina está molesta. — entrecerró los ojos.

Giré señalándolo — Tú — me contuve para no decirle la verdad —. ¿¡Cómo carajos te atreves a salirte del hospital estando herido y dejándome ahí tirada con la preocupación y el nerviosismo!? — cerré los ojos apretando más los puños —. ¡Si no te amara juro que te ahorcaría ahora mismo! — sin fijarme pateé la moto de Salva dejándola caer al suelo, bufé cruzando los brazos al mismo tiempo que zapateaba el suelo.

— Oye bonita, la moto no tiene la culpa. — la levantó y la acomodó con tranquilidad. — ¿Que esperabas que hiciera he? ¡Son mi responsabilidad! mi papá, todos, yo soy el orden o el descontrol, Sam, entiende eso, tengo que pelear entero o en pedazos, no tengo opción, preocúpate cuando no responda algo como esto, porque significa que ya no estoy aquí.

No pude más y le metí un empujón — ¡Ya deja de sacarme el mismo puto cuento! Joder contigo. Cada vez te esmeras más por hacerlo realidad, entiende genio, que yo me quiero casar con mi prometido entero, no a la mitad, no en pedazos, lo quiero completo. ¿Si le captas? Y no — reí enojada —no me veas la cara de estúpida creyendo que no entiendo tu responsabilidad pero vete enterando que se te haría cien veces más fácil si tan sólo tuvieras la molestia de incluirme en tus pendejeros planes.

— ¡Siempre quieres pelear conmigo, no procuras otra cosa! ¡Me gritas, me tratas como a un estúpido, piensas que soy un cobarde acaso! ¡Pues no! ¡Acostúmbrate porque mientras pueda moverme voy a sacarle el pecho a quien se lo busque! — se toca detrás del cuello y se mira la mano. — ¡Ves! ¡Es sangre! Pero lejos de preguntar si estoy bien, darme un beso y un abrazo como una prometida normal me riñes ¡Eres demasiado rara, pero eso ya lo sabía! — suspiró, calmándose en cuestión de segundos. — Eso diría un prometido estúpido para empeorar las cosas, ahora me voy a apoyar en ese postecito de luz y esperaré a que tengas piedad de mí. — dijo casi en un susurro.

Me reí incrédula y fuera de irme tras él, preferí irme por mi lado y esperar (si es que ocurría) a que mi humor se bajara. No es que sea egoísta, tampoco soy tonta ni desconsiderada o sin alma, pero sabía que si continuaba un segundo más con él la idea de casarnos se haría cenizas y no quería eso.

Admito que pude haberme visto mejor si hubiese buscado un beso de su parte, pero estando así... bueno ya fueron testigos.

— ¿Cuándo? ¿Cuándo será el día en que aprenda? — lamenté apoyándome sobre una pared.

Mi aun suegro apareció en escena, es como cuando una hembra se enoja con su macho y prefiere menguar su coraje en otro lado, nos miró a ambos, Gib muy tranquilo (cosa que me molesta) y yo muy molesta.

▬SHOOT ME DOWN: OR LOVE ME HARDER ▬PARTE 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora