Por fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados.
Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Oye! Eso déjaselo a Sam y no a mí, yo soy tranquilo.
Rió bajando la mano — Sí y en la luna andan paseando los Transformers, ¿no?
— Un placer, he oído algo de usted, un placer, papá ven acá.
— ¿Que pasa hijo?
— Logan, tío de los diablillos.
— Es bueno saber que sigue vivo, Palacios — dijo inclinando un poco su sombrero.
— Un placer volver a saludarte Logan, ¿Cómo va todo? — dijo extendiendo la mano, ¿Se conocen?
— Excelente, como siempre — respondió estrechando su mano.
— Ah, tío ¿hay algo que deba saber?
— Es un cuento para otro día, Lil' pero para mientras — jaló una bolsa que no había visto —, tu papá dijo que ahora sí te lo ganaste y que ya no será necesario correr tras de ti.
De la bolsa sacó el sombrero negro de mi padre que desde niño he querido, me dieron otros pero no era lo mismo, yo quería ese
— ¿Un sombrero Jack? Yo siempre he querido las armas de papá ¿Eso me hace malo? — río mientras abrazaba a Sam. — los Anderson, tan raros dentro de su propia especie.
— Ah pero este no es cualquier sombrero — dije al ponérmelo —. Este es el sombrero perfecto en todo ángulo, es liso pero no aburrido, sin costuras de Woody ni nada parecido y lo más importante de todo es — lo ladeé un poco —, va de acorde al calibre de un Anderson.
— Y le lleva ganas desde que era un chaparrito — agregó mi hermana.
— Prefiero un arma, no creo que puedas responder con un sombrero. — dijo riendo.
Reí — Un Sicarii no necesita obligatoriamente un arma para defenderse.
— Tampoco un Palacios pero vamos, hombre, ¿un sombrero? Bueno, pararé mu bullying porque me agradas en demasía.
— Qué apropiado Gibby, estaba a punto de traicionar mi corazón y regañarte.
— Mamá, eso sería alta traición.
— Bullying es lo que hace un Becher — buscó aclarar mi primo —. En fin, estamos perdiendo tiempo y tengo qué mostrarte cómo funciona tu nuevo juguete.
— Es uno de, mi querido primo.
— Touché. No es que yo sea un maleducado, señora pero como el regalo es para mi primo tengo que mandarlo al frente. ¿No le molesta señora, Palacios?
— Sin problemas, te lo regalo. — respondió Ainhoa.
— Jack ¿Vamos a Holanda? — preguntó discreto.
— Gib, ya no molestes.
— No molesto, bueno, no creo. — me miró.
— Todo en esta vida es una posibilidad — dije caminando junto a mi tío, mi primo y hermana.
