Tenía que estar tranquilo, muy tranquilo, me tomé un par de hidrocodona y moví el hombro, estaba casi todo mi equipaje listo, y no esperaba cierta visita, que finalmente recibí primeramente como una alucinación.
— Tú mamá me dejó entrar, espero no incomodarte — dijo sin atreverse a entrar por completo en la habitación.
— No sabe que ya terminamos, no te preocupes.
— Oh... pues... que conveniente. Creo — murmuró, rápidamente lo cambió por un carraspeo —. Gib dijo que... sólo irían ustedes esta noche.
— Si, es por seguridad, no te preocupes, hablaré con él por lo de las parejas.
— ¿Lo dices por el plural de los otros, o el nuestro?
— Nuestro, no tiene sentido que estés obligada a estar con alguien que no te agrada del todo.
Bajó la mirada jugando con sus pulgares — ¿Eso es lo que piensas?
— Pues, te diré, me costó entender que no te agrada lo que soy, esas cualidades que decías que te gustaban en realidad te confundieron, me tomó varios tragos de tequila y una que otra lágrima sincera, pero lo he entendido, en serio.
Rió sin gracia — Wow... y yo que creía toparme con algo peor — suspiró levantando la mirada —. Sinceramente creo que bebiste del tequila adulterado, porque todo eso que dices, no se acerca en lo más mínimo a la realidad.
— ¿Ves esto? — le dije mientras le mostraba mi moretón en el brazo. — Podría ser una bala después, o algo peor, el punto es que no lo soportas.
— ¿Cómo te atreves a pedirme que soporte verte así sin preocuparme por ti, o sin poder derramar una maldita lágrima por el dolor que dices no sentir, porque cada vez puede ser peor, porque podrían volver y matarte frente a mí? — reprimió las lágrimas —. No pidas lo imposible.
— No te pido imposibles, solo quiero que, me ames, por lo que soy, solo eso.
— ¡Siempre lo he hecho, idiota! — exasperó alzando los brazos. Caminó a paso firme hacia mí, me tomó por el cuello estirándose sobre las puntillas de los pies uniendo sus labios con los míos —. Cada día, cada hora, con respiro que doy, siempre te he amado — susurró fijando sus ojos en los míos.
— Cada silencio, fue un grito de amor, cada uno Camille Ash, cada uno.
Respingó — Ya no hagas más locuras, te lo pido — me abrazó por la cintura —. Sé que son parte de ti pero todo el tiempo terminó con un nudo en el estómago.
— Mira quien lo dice, la sujeta a la que balearon en una camioneta y me hizo sacar el John Rambo que llevo dentro que no sabía que llevaba dentro.
— Ni me lo recuerdes que no me gusta hacerlo.
— Entonces no hables de nudos en el estómago.
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▬SHOOT ME DOWN: OR LOVE ME HARDER ▬PARTE 3.
Ficção AdolescentePor fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados. Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...