Corrí de nuevo a la hacienda, tome un par de armas del suelo y seguí corriendo, sin embargo, del otro lado escuché teja desvanecerse y después un cuerpo caer de manera violenta, reconocería al amor de mi vida en todo momento, disparé a varios hombres hasta llegar a él, apenas le giré, sentí mi cordura al borde del abismo.
— Mi amor... Corazón, responde, no seas cruel conmigo... ahora no — un rayo cayó haciéndome consciente de la sangre que brotaba de su abdomen, tapé mi boca para no sollozar — No, no, no, no es posible, tú no.
— Oye, tranquila. - me susurró, tenía el chaleco puesto, no comprendo cómo pudieron herirlo, fue mi locura ver que tenía un disparo más en el pecho y uno en la cadera. - te dije que te fueras, eres demasiado obstinada para estar tan cachetona y bonita, el bebé te necesita.
Sollocé cerrando los ojos — No empieces con tus bromas
De la nada salió Valladolid y se frotó la cabeza. - No me chingues, no ahorita cabrón, voy por ayuda, aguanta compadre.
— Si, yo te espero. - susurró
— Oye princesa, siéntalo, sino se ahogara, puta madre. - farfulló antes de echar a correr entre las sombras.
Con cuidado lo levanté por la espalda, tosió haciendo muecas — Debiste aceptar quedarnos en Francia, ¿por qué eres un cabezón? - respingué.- Nada de esto estaría sucediendo si estuviéramos en Francia.
— Yo pertenezco a este lugar, me debo a alguien, tenemos un líder al que aún sigo y respeto, sabes, tú y ese bodoque, Dios. - dejó de respirar. - son lo mejor que me ha pasado, en serio, no hay nada mejor, no hay nada mejor que despertar a tu lado.
— Entonces lucha, lucha, porque no podría seguir sin ti. Yo no tengo vida sin ti - dije entre sollozos.
— Todo ha valido la pena, vivir por ti, pero también esto. - no debió quedarse solo, sin embargo cada uno del escuadrón estaba solo en cada frente, supongo que todos tienen un momento difícil. - ¿El jefe ya está a salvo?
Asentí — Lo está, mamita bella también lo está. - acaricié su mejilla y se la besé — Deja de ser un preocupón por una vez.
Si quería engañarme a mí misma también tenía que hacer la psicología a él.
— Te amo, mucho, más de lo que puedo explicar, perdón por ser tan mezquino y no decirlo con regularidad, ya sabes, soy darcks. - apareció de nuevo el Valladolid.
— Oye campeón, no te duermas. - me faltaban manos para cubrirle las heridas. - ¡Rápido puta madre, se va a morir aquí! - nuestros enemigos hacían frente, comenzaron a disparar y yo solo quería que pararan, me rendía, pero quería que pararan.
Algunos llegaron, no pudieron evitar su rostro de preocupación, sin embargo hicieron frente, incluyendo el jefe - Sáquenlo de aquí, se va a desangrar.
——
Aventé la puerta con las manos, me froté el cabello, me picaba la piel, caminé sin detenerme, me dolía el cuerpo por completo, hijos de toda su puta madre, pensé. Entré a la junta con los que podían estar, me froté la barbilla y terminé por azotar las manos en la mesa.
— ¿Qué putos pasó allá afuera? – grité como un demente.
— Padrino, ésto está más complicado de lo que pensé.
— ¿Por qué dices eso en éste momento?
— Porque es la verdad. - respondió.
— Aclara eso. - le dije señalándole. - no estoy de humor ¿Ya viste quién está muriendo en un quirófano ahorita? ¿Si le captas?
— A eso me refiero, hermano, traía el chaleco antibalas y por eso es peor de lo que pensé.
— ¿Por qué? — dije suplicante.
— Porque solo un tipo de arma pudo perforar el chaleco antibalas.
— ¿Cuáles?
— Las nuestras. - dejé de respirar, sacudí la cabeza.
— ¿Estás diciendo que él está muriendo porque...? — no entiendo, o tal vez no quiero.
— Las armas están diseñadas para reconocer las huellas de cada uno de nosotros, así que esa arma no pudo accionarla alguien que no fuera uno de casa, quién disparó, es el o la que nos ha traicionado, hermano, fue uno de los nuestros.
— Entonces él sabe quién es, nos lo dirá cuando se recupere. - al momento que decía eso miré a la puerta que se abría, poco a poco ella adentró su cuerpo a la sala, en cuanto chocó su desconsolada mirada con la mía supe que todo se había jodido. ¡No!
— Lo perdimos. - dijo en un sollozo.
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▬SHOOT ME DOWN: OR LOVE ME HARDER ▬PARTE 3.
Ficção AdolescentePor fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados. Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...