Por fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados.
Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...
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Rió — Vamos, sigue siendo divertido. Al menos para mí.
— No soy un perro tierno.
— Me alegro de ser el cazado de la rubia y no de ella. — le susurró Renan a mi marido.
— Ella habla de su querido peluche, ese que tiene usted en su oficina en un lugar privilegiado.
— ¿No se había quedado en la casa de Costa Rica? — dijo mamá a papá.
— Tenemos tres, así que mejor específica. Estás errada pero específica.
— Esa casa donde Jack hizo trizas su Go Pro.
— Ah esa casa — negó —. No se quedó ahí.
— ¿Entonces dónde está? — protesté.
— Junto con todo lo demás, en la bodega familiar de Upper Side East.
— ¿Una bodega? Papá ¿Tú donde tienes mi cochecito favorito?
— En la oficina en un lugar privilegiado. Ahí van los juguetes importantes para mis hijos. — sonrió Gib.
— O sea que mi dron sigue vivo — alegó Jack, oh.
— Nou.
— Ustedes dijeron que se había hecho pedazos junto con el candelabro. Me privaron de usar mi dron por siete años, no es justo.
— Eras muy chiquito para usarlo — justifiqué.
— ¿Y eso qué? Fui yo quien puso buena parte de la plata, mínimo déjenme usarlo.
— En fin, volvamos al tema de que seré padre, bien, familia, ahora lo saben así que... Era la noticia que queríamos decirles.
— Yo tengo una noticia — dijo Tony alzando su manita.
— Ya eres novio de Lirio. — dijo Gib, sonrojando a mi hermano.
— Eso no es verdad — protestó de inmediato.
— Si lo es, pero eso ya lo sabíamos, pasa a la siguiente revelación.
— Que no. Ella siempre me quita todo y nunca cae en mis juegos, esa niña no es normal, pero bueno necesito que un adulto me acompañe porque hay un club importante de la liga española que me ofrece entrenar con ellos manteniendo la viva esperanza de que algún día podré jugar para ellos.
— Ella es la mujer que necesitas y pues... Si es el Barcelona, al menos yo no podría, tengo un concierto... — dijo Gib.
— Tengo trece años, a mi edad lo que necesito es una señal decente de wifi, comida chatarra y algo de adrenalina por ahí.
— Yo a su edad decías otras cosas — dijo mi tío Logan.
— Ella sabe alpinismo, boxea y bueno... ¿Vas a jugar para el Barcelona?
