Por fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados.
Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...
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— Soy mejor para las canciones, sin duda. — suspiró de forma extraña y aprovechó nuestra posición para hundir su rostro entre mi cabello y mi hombro, sin embargo no habló.
— ¿Ocurre algo? — le pregunté sin la preocupación al fondo de mis palabras.
— Estoy molesto por no haberme dado cuenta que los rusos nos seguían, si han sido menos ostentosos ambos estaríamos muertos, es difícil para mí creer que algo puede ir mal si estamos... Juntos.
Acaricié su brazo — Gib, ni siquiera tienes porqué pensar en ello. Ambos estamos aquí y aunque estamos un poco heridos, nos levantaremos y haremos que la paguen, sin embargo eso será después. Ahora no tiene importancia nada de eso.
— Fue desde París y no lo noté, eres mi debilidad, mi fortaleza, mi todo, voy a deshacer a ese ruso, maldita sea.
Apoyándome en el borde de la tina lo miré — Deja de pensar en ello, entre más lo haces, más te frustras y menos puedes ver. Hazme el favor de descansar un poco y ya luego idearemos un plan — enlacé mi mano con la suya — juntos ¿de acuerdo?
— Todas las vidas posibles, sabes recuerdo mucho esa foto que nos tomaron en contra de tu voluntad. — rió. — mi pasatiempo se volvió molestarte, después de destruir mi coche con el bate.
— Aún me pregunto cómo es que fuiste capaz de hacer eso — reposé mi cabeza sobre su hombro —. Ya no aguanto el cansancio.
— Salgamos de aquí muñequita hermosa. — me tomó en brazos y me llevó hasta la habitación donde feliz, me vistió con una pijama que no conocía de orejitas de borreguito, Sonreí cuando vi que la suya también era así. — somos unos chivatos.
Reí — Luces mega cute — fue aún más gracioso cuando se puso el gorro y movió las orejitas —. Sin duda fuiste y eres mi mejor elección, Gibran Palacios.
— Y tú la mía, y también tenemos cola. — se giró para sacudir la colita y me reí aún más. — ¿Dormir o película?
Imaginariamente me zambullí en la cama — ¿Me abrazas?
— Por supuesto que sí, solo falta que te seque un poco más el cabello, espera. — siguió con la toalla secando mi cabello. — es lindo, no lo cortes otra vez ¿Si?
Fruncí los labios — ¿Y si en vez de cortarlo, yo, no sé, decidiera teñirlo?
— ¿Teñirlo? Negrito está bien, pero no lo cortes.
— Despreocúpate sólo quería conocer tu opinión — le dije sonriendo.
— Eres hermosa así, aunque si quieres teñirlo, es tu decisión.
— Dicen que el rojo me queda bien...
— Valjean es pelirroja. — le di un mal golpe, literal, se dobló del dolor. — era broma cariño.
