CAPITULO LXXI "INDEPENDENCIA FRANCESA"

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En cuanto supimos que la gente rusa se estaba moviendo no nos quedó de otra más que ir a cuidarle el culo a los reyes de la mafia, habíamos volado hasta París y con Gael las cosas parecían estar equilibradas, era territorio conocido

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En cuanto supimos que la gente rusa se estaba moviendo no nos quedó de otra más que ir a cuidarle el culo a los reyes de la mafia, habíamos volado hasta París y con Gael las cosas parecían estar equilibradas, era territorio conocido.

— ¿Sabes dónde pueden tener sus casas de seguridad?

— Si, los tenemos ubicados.

— ¿Dónde está la pareja reina?

— Están en el hotel, no preguntes qué haciendo, creo que serás tío pronto. — resoplé mientras armaba el rifle y poder vigilar desde la altura, le di una calada a mi cigarrillo y después le coloqué la mira al rifle, estaba listo.

— No quiero saber cómo mi hermano hace a mis sobrinos, Edilson.

— Solo era una opinión. — miré a Gael, que armaba el rifle, seriamente, me acerqué a él.

— Si te incomoda puedes ir a casa, Gael, lo voy a entender.

— No, hermano, estoy bien.

— A Gael le pasó lo mismo que a mí. — dijo Edilson. — fuimos muy pendejos para enamorarnos de mujeres que no eran nuestras y nos tocó sufrir por lo mismo.

— ¿Porque eran de otros? — dije.

— No, por pendejos.

— No es eso, yo entendí hace mucho tiempo que Sam estaba destinada para ser de un hombre, y ese hombre, tenía que ser el mejor de todos, punto.

— Tampoco eres poca cosa, primo.

— No lo digo por eso, pero conozco mi lugar, ella es una princesa, y una princesa solo podía estar con un príncipe, y que ahora, la hizo reina, es todo. — dijo con seriedad, es tan Renan a veces.

— No creo que sea así de sencillo, si fuese así soy el rey de la sencillez y hubiera entendido de manera rápida y sin dolor que Divanny es tan hermosa como traidora.

— El amor elige como se le da la gana, Edilson, no estaba en tus manos.

— Claro que sí, cuando me sedujo debí apretarme el paquete con todas las fuerzas y decir no, solo tenía que decir eso, no.

— Pero no pudiste porque apretarte el paquete con todas tus fuerzas no estaba en tus manos, aunque suene irónico, Sam es una gran mujer, no tengo nada que decir, Gib, pues a Gib le debo las gracias por no matarme, hice mal y ya, ya lo entendí.

— ¿Qué hay de Elizabeth? – se atragantó con la saliva, Edilson y Danthe se rieron mientras Daniel le palmeaba la espalda.

— ¿Qué pasa amigo? ¿Esa mujer hace que se te atore algo en la garganta?

— Ya sé que no debería decir esto. – dijo Alex. – pero esa mujer es demasiado ardiente como para tolerarla ¿Han visto el grosor de sus muslos?

▬SHOOT ME DOWN: OR LOVE ME HARDER ▬PARTE 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora