No podían proteger todo Chihuahua, y mucho menos una frontera tan complicada como lo era Ciudad Juárez, sin embargo, estoy consciente de que lo iban a intentar. Para no llamar la atención decidimos ponernos jeans y camisa a cuadros, llegamos a una casa de seguridad en Catalán y esperamos que la noche llegara e hiciera su trabajo; estaba consciente de que tenía 4 días para terminar esto, y no porque en 4 días fuera mi boda, tenía 4 días, porque pasados de ellos, seguramente Ryan me mandaría a mi gente en una hielera hecha picadillo, respiré apresuradamente al solo consentir la idea de que mi gente muriera por un error mío.
— ¿Qué sugiere el jefe que hagamos?
— Descansar, el viaje fue largo, no llamen la atención.
— ¿Qué?
— Lo que oíste, no quiero gente estresada para esta noche, vamos a tronar las 3 casas de seguridad de los Varela y nos iremos a su centro de comando contoneándonos como mujeres de la vida galante. – Brad rió seguido de mis hombres, yo también me reí. – los quiero relajados, cabrones.
— Bueno jefe, la del problema es su carita, así que si nos disculpa, iremos por unas cervezas y comida, porque no puedo matar con el estómago vacío. – me volví a reír, estos cabrones.
— Vayan, me quedaré acá. – dije tirándome en el sofá.
— Bueno, yo me quedo, me traen algo.
— Brad, ve.
— No, jefe, la última vez que me fui sin ti me tomó casi 2 años verte, me quedo. – dijo despidiendo a los muchachos, saqué mi arma de mi costado y la puse en la mesita de noche que se encontraba cerca del sofá, exhalé. – lo vamos a lograr, no te preocupes.
— Varela siempre ha demostrado tener pocos huevos, lo creo capaz de cualquier cosa, Brad. – encendió la televisión que se encontraba frente al sofá, sacó una bolsa de papas de su mochila y la compartió conmigo. – Envidioso. – le dije antes de reírme.
— Extrañaba momentos complicados contigo.
— En ese entonces era más fuerza bruta que otra cosa, Brad, la vida me ha hecho menos estúpido y más audaz.
— ¿Se puede ser más audaz que tú? Nah. – sonreí. Total que después de un buen rato me quedé dormido sobre el sofá, desperté de golpe y miré a la ventana, estaba atardeciendo.
— Brad. – la casa era alargada, tenía un enorme pasillo con ventanas que daban a la calle, claro, todas las habíamos dejado con su respectiva cortina, tampoco se trata de llamar la atención.
— ¿Qué pasa hermano?
— ¿No han llegado esos cabrones?
— Seguro se fueron a comprar damas.
— Que no chinguen. – dije entre risas, me froté el cuello y cerré los ojos. – ni una cervecita, ni nada para el patrón.
— Para que veas que no de todos eres digno de respeto.
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▬SHOOT ME DOWN: OR LOVE ME HARDER ▬PARTE 3.
Roman pour AdolescentsPor fin las cosas parecen estar tomando el lugar que le corresponden; sin embargo, el proceso no será fácil para ningún miembro de Carta Blanca ni aliados. Gibrán y Samantha por fin están juntos después de haber ideado un plan perfecto para escapar...