Una Promesa

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P.D.V Dil

En el Reino Kanatlar tienen la costumbre de hacer un Festival, para agradecer y pedirle a la Primavera buenas cosechas, mi familia y yo iríamos a ver ese Festival y, en mi caso, participar en él.

El viaje en general es aburrido, pero cuando llegamos al Reino Kanatlar, este estaba lleno de vida, flores por donde uno mirara, una esencia llena de alegría, como si todos en estas fechas eran muchos más felices.

Mi familia, se dirigió a donde nos quedaríamos por estos días, por lo que pude disfrutar de la tranquilidad que existía en este Reino nuevo para mi, habían flores que no conocía, comidas que jamás había probado, muchas cosas que despertaron mi curiosidad y que podría satisfacer durante estos dos días que estaría en el Reino Kanatlar.

Cuando llegó el día siguiente, desayuné con mis Padres, para que luego, mis Padres y yo, nos separamos por el día, mis Padres tenían algo que hacer en el castillo y yo iría a disfrutar el Festival de Primavera.

Cuando llegue, y como no conozco nada, quede maravillado por todas las cosas que ví, flores de distintos colores, la gente que vestía con colores alegres, juegos, tiendas de comida ¡Muchas cosas que no podía ver, con frecuencia, en mi tierra natal!

Estaba tan perdido mirando todo, que por accidente, choque con alguien, ese alguien no cayó al suelo, pero yo sí.

-¿Te encuentras bien?- me pregunto la voz de una niña, solo pude asentir en respuesta.

Cuando abrí mis ojos, mire que la misteriosa niña me ofrecía su mano para poder levantarme, cosa que acepte, cuando ya estaba sobre mis piernas, pude ver a la persona con la cual choque.

Una niña de mi edad, cabello rosado amarrado en una trenza alta que le llegaba a su pecho, ataviada con un vestido azul pastel con estampado de rosas, cuando nuestros ojos se encontraron, quede un poco hipnotizado por ellos, brillantes e inocentes esmeraldas me miraban preocupadas.

-Discúlpame, te empuje sin querer- me disculpo avergonzado, ya que me quedé mirándola como un tonto

-Discúlpame tu a mi, estaba tan distraída mirando todo que no me di cuenta de las personas de mi alrededor- me dice ella, dándome una sonrisa.

Cuando nos miramos nuevamente, ambos nos echamos a reír, la situación era extraña pero eso no la hacia menos divertida.

-¿No eres de por aquí verdad?- la misteriosa niña me pregunto, solo asintió en respuesta.

-Vine a ver el Festival de Primavera, pero como es tan grande me perdí- le comento

-Yo también vine a participar en el Festival de Primavera, si no te molesta ¿Quieres que vayamos juntos? Será mucho divertido si somos dos y no uno- ella me ofreció, asentí en respuesta a lo que propuso, yo no conozco el lugar y ella no parece ser una mala chica, la niña me sonrió.

-Soy Rin, mucho gusto en conocerte- se presentó la chica de pelo rosado.

Quiero decirle mi nombre, pero me acuerdo de lo que me dijeron mis Padres “Si conoces a alguien en Kanatlar, preséntate con un apodo"

-Yo soy Dil, lo mismo va para mi- me presenté ante la niña.

Nos dimos una sonrisa mutua y comenzamos a recorrer el Festival, si tenía curiosidad por algo, Rin me lo explicaría, la presencia de ella era agradable y amistosa, se notaba que ella disfrutaba del festival.

-Rin ¡Mira! ¡Un tira al blanco!- le digo emocionado, me acerco al puesto dónde está el Tiro al blanco, que está repleto de hombres, que toman el arco y la flecha para apuntar el premio que quieren las mujeres que observan, estoy seguro de que muchos de ellos quieren llamar la atención de esas doncellas.

La Guia del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora