Las sonrisas que esbozaba Violeta no lograban ser completas, y mucho menos, transmitir aunque fuese un pequeño sentimiento de felicidad. Si, podía estar haciéndole gracia lo que sus amigas comentaban respecto al desastre ocurrido en su cabello; pero no podía apartar de su cabeza cómo había ocurrido realmente, y mucho menos, todo lo que había descubierto esos días.
Cielos, ella de verdad ya odiaba los fines de semana... y los dolores de cabeza.
Daniel la hizo levantarse extremadamente temprano esa mañana para ir juntos a su trabajo (aparentemente la vida tenía que seguir sin importar que), y lo cierto es que había pasado una noche terrible ahogándose entre sus lágrimas, ya que no podía darse el lujo de permitirse contener sus emociones cuando podía crear tornados, envenenar a alguien, o peor, seducirlo. Así que por eso los lentes de sol (parecía sapo de ojos saltones), y el terrible dolor de cabeza; el mal humor era habitual luego de madrugar.
-No creo que puedan hacer gran cosa... -. Yaneth estaba tocando uno de los mechones disparejos de su cabello con cierto dolor... -Lo tenías tan largo, es una pena...
-¿Una pena?-. Sofía se llevó una mano al pecho como si las palabras la hubiesen ofendido profundamente. -Eso ha sido una masacre, espero hayas hecho pagar al mocoso...
Los labios de la exorcista se torcieron un poco mientras sus hombros se elevaban con aire distante. Técnicamente le había estropeado los planes a Leo, eso seguro contaba cómo un avance del pago que pretendía cobrarle por todo.
-Ya está...-. Marta había estado hablando por teléfono desde que pasaron por ella, ya que según decía, su estilista era la única que podría ayudarla. -Te atenderá en quince minutos, necesitamos correr para llegar...
-¿Estas segura que quieres ir allí?-. Liz miraba a su alrededor con los ojos entrecerrados, sin prestar la menor atención al resto de sus amigas. -Luc tiene el cabello increíble, tal vez te pueda decir a dónde va...-. Sugirió como si estuviera hablando de lo que había desayunado, con la esperanza de que el comentario pasara como eso, un simple comentario...
-¿Qué Luc?-. Yaneth parecía realmente intrigada y confusa
-Hay por favor, fue solo una sugerencia-. Por su parte, como Liz no se había atrevido a volver la mirada para enfrentar la crítica, decidió pensar que la pregunta era sarcasmo
-Por eso ¿Cuál Luc?-. Insistió Yaneth, mirando con verdadera curiosidad hacia Sofía
-Tampoco es para tanto, si, le va a quedar muy corto; pero no necesita llevar estilo de hombre...-. Las cejas de Marta se habían convertido en una, probablemente imaginando diversos escenarios...
Nadie notó como los ojos de la última descendiente de Salomón brillaron en tonalidades distintas bajo aquellos enormes anteojos, en un gesto cauteloso sobre su amiga, quien parecía no darse cuenta que era la única en notar perfectamente a los seres sobrenaturales que la rondaban; especialmente a uno que podía ocultarse incluso de los de su clase.
-¿De qué hablas, Luc tiene el cabello largo?-. Por primera vez Liz se dignó a voltear para enfrentarlas
-Por eso ¿Cuál Luc?-. Sofía hizo una mueca pensativa. -El que está en el equipo de básquetbol lo lleva casi a rapa
-Oh, también está el de ajedrez...-. Yaneth sugirió emocionada por recordar. -Pero lo lleva corto; ya no recuerdo a ningún otro Luc, menos a uno de cabello largo. Claro, tampoco conozco a toda la escuela...
-¿Es un chiste?-. De no estar viendo sus caras, probablemente Liz habría creído que jugaban con ella; pero estaban tan serias al respecto, que simplemente no podía creer lo que pasaba. -El chico que siempre anda con Violeta. Cabello negro y largo, piel blanca, ojos como la noche, pinta de modelo gótico...