La flor de la Navidad; {BTS}

Parte 36

[POV Yoongi]

Misma luz solar, mismo día nuevo. Los rayos del sol me encandilaban, despertaba de un sueño tan profundo que apenas pude oír el despertador. Pasaron unos minutos, unos cuantos minutos, y abrí los ojos. No, no podía ser cierto. Pero sí, cuando abrí mis pequeños y rasgados ojos noté que no me encontraba en mi habitación, ni en la casa del Sr. Kim. ¿Qué acaso la teletransportación es real? Pensé, y me levanté rápidamente de la cama.

Me sentía extraño, muy extraño, como si no fuera yo mismo. Abrí las cortinas, y allí estaba el sol, con sus preciosos rayos que iluminaban cada parte de la ciudad. No recordaba muy bien qué había sido la última vez que hice antes de despertar, pero sea lo que fuera, me trajo de cierto modo hasta aquí. Como no sabía dónde estaba, comencé a mirar hacia mi alrededor, en búsqueda de un baño. Puertas por aquí, puertas por allá. Ésto no parecía nada más ni nada menos que una elegante casa de una limpia pareja quizás recién casada, en donde no había ningún tipo de desorden y parecía que todo era completamente nuevo y radiante.

Miré por las puertas que se encontraban en el pasillo superior, saliendo de la habitación. "Al fin" Susurré. Luego de una larga búsqueda, pude hallar el baño. Adormilado, entré y cerré la puerta. No sabía literalmente lo que estaba haciendo, pero sí sabía que, de cierto modo, estaba cometiendo el error de haber utilizado una cama y ahora un baño ajeno. Pero luego pensé que fuera de quien fuera esta hermosa casa, yo estaba allí, y ya me importaba poco si se enojaban por mi presencia o no.

Como todas las santas mañanas, me dirigí a la pileta y lavé mis manos con cuidado, y así mismo dejé que suaves gotas se apoderen de mi rostro. Miré al espejo que se encontraba frente de mí —pues de cierto modo estaba acostumbrado a verme sonrojado como un estúpido cada vez que me lavaba la cara— y noté algo que fue realmente alarmante. Sí, mis ojos no mentían ni aunque quisiera, ni aunque tuviera ese don. Refregué mis ojos y vi lo mismo. Yo estaba de cierto modo en el cuerpo de...

- ¡Seokjinnie, Seokjinnie!- escuché una voz detrás de la puerta, una voz muy familiar- ¿Ya sales, amor?

- ¿Amor?- susurré, evitando que la persona que se encontraba tras la puerta me escuchara.

- ¿Sigues ahí, verdad?

- Ohh... s-sí- oh no, el tartamudeo otra vez.

- ¿Acabas de tartamudear?

- No...- estaba entrando en pánico, literalmente no sabía qué hacer, cómo reaccionar. Lo único que pude lograr en esos momentos fue secar con torpeza la cara de Seokjin que de alguna forma era mía, y abrir lentamente la puerta- ¿Kim Namjoon?

- Ahí estás- sonrió, y al mismo tiempo depositó un beso en mis labios. ¡KIM NAMJOON ME HABÍA BESADO!

- ¿Qué haces?- lo empujé y al mismo tiempo mis gestos típicos de indignación salían a la luz.

- ¿Amor, te encuentras bien?

- ¿Dónde estoy? ¿Por qué soy Seokjin? No soy Seokjin, son Yoongi... ¡Min Yoongi, alumno de tu escuela!

- ¿Min Yoongi? ¿Qué dices? No conozco a ningún Min Yoongi, Jinnie. ¿Qué estás diciendo?

Esto era realmente una locura. Principalmente, me encontraba en una casa completamente desconocida, en un cuerpo que no me pertenecía, y con un amor que tampoco me pertenecía. Ahora bien... ¿Seokjin era pareja de Namjoon? Cuando comencé a indagar en mi memoria, frente a Namjoon mismo, recordé algo muy importante. Namjoon y Seokjin estaban peleados debido al incidente que ocurrió con lo del manicomio. Entonces... ¿por qué Namjoon besaba y llamaba "amor" a Seokjin? ¿Qué acaso no estaban peleados? Mis deducciones eran muchas, y sinceramente no podía comprender absolutamente nada. Literalmente, parecía aquellos fanáticos que hacían teorías con los videos de sus bandas favoritas, quería extinguirme.

Comencé a mirar a Namjoon fijamente, y noté cómo él no paraba de sonreír. Continué mirándolo, quizás por varios e interminables minutos, hasta que comencé a notar que no se parecía completamente a Namjoon, es decir, sí era él, pero de una manera quizás... artificial. Aparté la vista con algo de temor, y en el mismo instante sonó el timbre. Para apaciguar las cosas, me aparté de él y abrí la puerta con nerviosismo.

- ¡Seokjin!- escuché, eran... ¿Jeon Jungkook? ¿Park Jimin? ¿Qué hacían ellos aquí?