El mundo es más complejo de lo que normalmente creemos. Las personas, por lo tanto, nunca llegan a conocerlo a la perfección. Todos vivimos en un espacio laberíntico del cual no somos capaces de comprender. Desconocemos los intrigantes lugares que pueda llegar a adoptar, y aceptamos sumisamente el hecho de vivir en base a la ignorancia más insensata, creyendo en sólo lo superficial. Millones y millones de personas nacen y mueren en el transcurso del tiempo. Pero la naturaleza no sólo fue creada con ese fin. ¿Qué nos incentiva a vivir? Vivimos cómodamente, esperando muchas veces lento, y muchas veces rápido la hora de la muerte. Pero la vida no está hecha sólo para enamorarnos o lograr un buen puesto de trabajo, sino para conocer al mundo, el cual nos creó.
El mundo en sí mismo es sorprendentemente intrigante. Seokjin sabe eso. Él es capaz de atravesar las riendas de lo ordinario, para así ayudar a quienes más ama.
¿Nunca nos hemos preguntado que, por alguna razón, el amor es quien prevalece la mayor parte del tiempo en nuestras vidas, siendo protagonista principal de la vida y la sociedad?
Miles de películas, libros, historias... todo incluye a lo mismo. El amor es importante, pero... ¿es más importante que la propia humanidad?La humanidad construye el amor, y este a su vez constituye al mundo. Y constituye los motivos principales del impulso a realizar acciones que son impropias de los seres vivientes. ¿Cómo se puede conocer el mundo, si acaso no hemos conocido el amor?
Pero no hay que confundirse. El amor, al igual que el mundo, es tan amplio y abarcativo que es imposible comprenderlo con exactitud. Sin embargo, al igual que vivir, las personas optan por aceptarlo y sentirlo.
Seokjin amaba. Amaba al hombre a quien había conocido desde pequeño. Amaba lo que hacía. Amaba su trabajo. Intentaba amarse a sí mismo... ¿qué sería de nuestra propia existencia, si no nos amáramos a nosotros mismos? ¿seríamos capaces así, de amar a alguien más?
El mundo, así, resulta mucho más complejo que antes. Pero es bueno de analizar, sabiendo la voluntad de ciertas personas como este hombre, por ayudar al otro. Por ayudar a unos jóvenes estudiantes que rogaban de una comprensión, de una ayuda eficaz para acabar con la miseria que estaban viviendo. Él decidió aceptarlo e incluso dar su vida por ello, al punto de arruinar su reputación por —para los demás— las incoherencias que decía.
Pero sólo unos grandes afortunados son capaces de aceptar la realidad y descubrir que el mundo tiene miles de sorpresas que el hombre en sí mismo no es capaz de comprender con exactitud.
Así es, sólo unos pocos son hábiles y valientes para enfrentar la complejidad de este mundo. Unos, por amor. Otros, por curiosidad. Pero sea el motivo que sea, Namjoon, Seokjin, Yoongi, Hoseok y Taehyung estaban dispuestos a luchar hasta el final por lograr sus objetivos. Por lograr salvar a aquellos pobres cautivos, que yacían en un desconocido y extraño mundo el cual resultaba ser completamente diferente al que conocían. No obstante, el mundo es muy complejo de comprender, aún si se intenta con todas las ganas hallar una respuesta.
Una luz. Un destello. Eso era lo que necesitaban.
Cuando las grandes tempestades comienzan a descender, y el mal cumple con su trabajo al punto de frustrarse y rendirse, ya no queda nada por hacer mas que esperar a que los buenos momentos lleguen. Así, es como el bien vuelve a jugar su partida y logra vencer todas aquellas circunstancias que derivan nuestro más eterno dolor y sufrimiento.
Sólo una luz. Una grande y esférica luz podía salvarlos, producida por un hombre a quien sus poderes desconocían.
Sólo una luz parecía ser capaz de acabar con todo lo ocurrido desde la muerte de aquellos jóvenes, los cuales habían sufrido incontables veces desde que abandonaron su ciudad natal. No obstante, cuando las ilusiones intentan atravesar lo superficial, suelen muchas veces adoptar la forma de lo que es inexplicable expresar con palabras. Nuestros deseos.
Jungkook vio esa luz. La vio, la analizó y en pocos segundos se desplomó en el aire, incapaz de ayudar al pobre ser que suplicaba con todas sus fuerzas que sus deseos de volver a retomar su vida sean reales.¿Y si quizás, así como el hombre crea dioses, los seres humanos necesitamos de uno? ¿si realmente necesitamos que alguien nos salve, y pueda apiadarse de nuestras almas ayudándonos en las circunstancias que transcurrimos a lo largo de nuestra historia?
No había tal luz, o tal sueño que pueda ayudarlos en aquel entonces. Sólo tenían a un hombre. Tenían a Kim Seokjin.
Pero, a pesar de aquel hombre dispuesto a ayudarlos, esa luz... ¿se había presentado antes sus ojos, o sinceramente fue un espejismo, del cual no quería escapar por nada del mundo? La respuesta se encontró unos minutos después de desvanecerse, cuando en la amplia habitación volvía a presentarse la misma extraña y misteriosa luz, dejando de lado su brillante esplendor para opacarse por completo y abrirse ante los ojos del joven que, aún con los ojos irritados, observaba con asombro su gran resplandor.
A pesar del gran temor que sentía Jeon Jungkook en aquellos momentos, se acercó a aquella esfera, mientras de a poco en ella aparecía un niño. Era un niño parado junto a una gran pared de ocre, mirando fijamente a los ojos del estudiante.
- Jeon Jungkook, ¿verdad?
- ¿C-cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?- tartamudeó, incapaz de reaccionar ante semejante situación.
- No hay tiempo para respuestas. Escucha atentamente. Dentro de dos días, todo acabará.
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La flor de la Navidad; {BTS}
FanfictionUn instituto. Dos estudiantes desaparecidos. ¿Será cuestión de tiempo hasta que los hombres puedan averiguar lo sucedido y rescatar a los cautivos? Bienvenidx a una historia llena de misterios, en donde los participantes no sabrán de los obstáculo...