Finalmente era el día. El día que con tanto esmero habían estado esperando. Todo acabaría en dos días había dicho el niño, ¿verdad? Todos estaban preocupados. Claro que habían creído ese relato de que todo acabaría —porque un poco de esperanza debían tener— pero estaban muy preocupados. No había ningún rastro de Kim Seokjin. Y era sábado.
Namjoon, Hoseok, Yoongi y Taehyung se encontraban a las afueras del instituto, mirando hacia la entrada.
- ¿Deberíamos entrar?- preguntó Hoseok.
- Eso creo...- respondió Namjoon, buscando las llaves para poder ingresar a la institución.
- ¿Iremos al campo de entrenamiento?- preguntó Taehyung.
- No creo que haga falta- respondió una voz detrás de ellos.
- ¡Kim Seokjin! ¡Kim Seokjin!- chilló asombrado Taehyung, quien con gran rapidez abrazaba el cuerpo del hombre que acababa de aparecer ante sus ojos.
- Soy el otro, idiota- rió.
- Cielos Seokjin, qué susto- dijo Hoseok, tocándose el corazón.
- Yo... no encuentro las llaves. ¿Las habré olvidado? No. Estoy seguro que las traje...
- Escuché qué hay una fiesta en un restaurante a unas cuadras de aquí- interrumpió Seokjin- ¿les gustaría ir? Creo que festejan el cumpleaños de una alumna de aquí.
- Hoy se supone que es el 'gran día' y... ¿quieres ir a festejar el cumpleaños de una desconocida? ¿te has vuelto loco?- preguntó irritado Yoongi.
- Oh... vamos. Sólo vayamos a comer algo, estoy hambriento. Luego podemos volver. Además, Namjoon no encuentra las llaves, ¿no?
Y así como supusieron, no las había encontrado. Había algo raro en todo lo sucedido: las llaves casualmente se habían perdido, Seokjin actuaba con total naturalidad y los demás hombres, esperaban ansiosamente volver al lugar de los hechos.
Luego de unos pasos, y de observar cómo Seokjin, siendo tan apuesto, sonreía con felicidad, llegaron al restaurante.
- No hay ninguna fiesta...- dijo confundido Hoseok.
- Lo sé- respondió Seokjin- siéntense.
Nadie podía estar tranquilo. ¿Por qué Seokjin debía actuar tan... despreocupado? Sus ojos brillaban, y una leve sonrisa aparecía de vez en cuando en aquel precioso rostro que, con delicadeza, cuidaba todas las mañanas.
Yoongi, desconfiado, comenzó a mirar hacia todos lados. Él no podía asimilar la tranquilidad que estaba teniendo esa situación.- Oh, ¡vamos Yoongi!-exclamó Seokjin- ¿no pedirás nada para cenar?
- Yo... no tengo hambre- respondió. ¿Acaso todos estaban locos? Pensaba.
Sin una respuesta aún, miró con decepción aquella mesa en donde se sentaban. Los manteles eran blancos, y unas grandes flores rojas caían levemente del florero que las sostenía.
- La conocen comúnmente como la flor de la Navidad. Es preciosa, ¿no lo crees?
- ¿Cómo conoces tanto de flores, Seokjin?
- Pues... no conozco muchas realmente. Pero estas son especiales. Además de ser el primer regalo que me dio Namjoon durante nuestro noviazgo, eran las que siempre me acompañaban en los momentos más difíciles. ¿Nunca has querido que llegue la Navidad? Su nombre es tan significativo... Cuando era pequeño, ¡siempre ansiaba a que esa fecha importante llegara! Me hacía sentir seguro y siempre esperaba que sean las doce en punto para recibir mi regalo.
- Tu regalo- rió irónico.
- ¿Tú nunca esperaste la Navidad?
- La odio. Es una fecha estúpida. ¿A quién carajo le importa juntarse en familia y cantar algunas canciones absurdas? No tiene el menor sentido.
- Creo que él está un poco malhumorado...- intervino Taehyung- ¡yo amo la Navidad!
- La Navidad es preciosa- se involucró Hoseok, sonriendo.
- Como sea- gruñó Yoongi.
Las horas pasaron, los hombres cenaron y Yoongi, entristecido y con la cabeza apoyada en el ventanal del restaurante, miraba hacia afuera, esperando que algo milagroso llegara a pasar.
- Yoongi- exclamó frustrado Hoseok- ¡te hemos estado llamando desde hace 5 minutos! ¿no vienes?
Con esperanzas al fin, Yoongi se levantó y salió del restaurante con los hombres. Caminaron nuevamente hacia el instituto.
- Por un momento creímos que te habías dormido- rió Seokjin- ¡pero tenías los ojos abiertos!
- No has comido nada... ¿no te encuentras bien?- preguntó Namjoon.
- ¿No encontrarme bien? ¿Es que acaso soy el único normal aquí?- exclamó indignado- ¡Eso es lo que yo debería preguntarles a ustedes! Se supone que hoy tendría que pasar algo, ¡y ustedes actúan con normalidad, como si no les importara un carajo nada!
- Yoongi, también estamos preocupados...
- ¡Cállate, Taehyung!- gritó enojado, y al mismo tiempo, abandonó a los hombres que se encontraban allí.
- Yo... quería pasar estos últimos tiempos con ustedes....- habló Seokjin, entristecido porque sabía que, en definitiva, era la última vez que vería a esos hombres. Pero Yoongi no lo comprendió.
Era de noche, Yoongi era consciente de eso. Y caminar por las noches en un lugar desconocido, solo y con todos los negocios a su alrededor cerrados, era una misión suicida. Pero no podía comprender a sus compañeros. Se encontraba muy confundido y estresado, definitivamente quería estar solo.
Con las manos en los bolsillos de su campera negra, caminaba hacia adelante mirando al suelo, enojado. Sin embargo, su disgusto y sus alterados pasos no duraron mucho cuando encontró a un precioso chico mirándolo frente a él, impidiendo que pueda continuar su trayecto.
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La flor de la Navidad; {BTS}
FanfictionUn instituto. Dos estudiantes desaparecidos. ¿Será cuestión de tiempo hasta que los hombres puedan averiguar lo sucedido y rescatar a los cautivos? Bienvenidx a una historia llena de misterios, en donde los participantes no sabrán de los obstáculo...