Parte 71

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Estar en la nada misma resulta abrumador. Pero... ¿qué es estar en la nada? ¿qué es pensar en nada? ¿qué es la nada? Muchos suelen asociarla con el vacío, otros con la ausencia de algún objeto o persona, y otros aficionados de las cosmogonías la relacionarían con el desorden el cual, luego de una serie de transformaciones paranormales producto de seres a quienes dicen ser llamados dioses, crean la especie humana, incluyendo todo lo que conocemos hasta el día de hoy. Pero más allá de las creencias, no sabía exactamente Seokjin si era ese el lugar en donde se encontraba. Es decir... si la nada es nada, entonces tampoco sería un lugar, ¿verdad?
Pero dejando esas inconclusas cuestiones a un lado, Seokjin estaba vivo. O quizás no. Y ese <no> provendría gracias a que él sabía que, en su mundo, ellos técnicamente estaban muertos, lo que lo convertiría a él en uno más. No obstante, él sabía que no era así. Que ellos no estaban muertos y que él tampoco lo estaba.
Él respiraba, sentía y los observaba, separados por aquel espeso y sobrenatural muro.

Seokjin no podía asimilar lo que estaba viviendo.

Desde los inicios de clases, él se había empeñado en que todo saliera bien. Pensaba que sería un buen año, en donde no tendría preocupaciones amorosas, ni con los estudiantes. Pero falló.

No sólo tuvo una decepcionante y dolorosa ruptura, sino que además, presenció dos asesinatos, y sin contar que la sociedad lo tildó como un loco cuando fue enviado a un hospital psiquiátrico.

Pero lo que las personas no sabían, lo que la sociedad no sabía, es que tenía la evidencia en frente de sus ojos de que lo que decía era verdad. Y todos aquellos que lo menospreciaron y no le creyeron, se enterarían de la verdad. Claro, las cosas no se podían resolver así como así.

Pasó por muchas cosas antes, y sin contar —nuevamente— los espeluznantes actos que puede cometer una persona por rencor, como lo hizo Choi Youngjae. En cierto punto había sentido lástima por él, pues se sentía un poco culpable por todo: por el suicidio de Yang mi, por el suicidio de Youngjae y... por las muertes de ambos jóvenes de Busan. Pero todo aquel que siente culpa, sea realmente culpable o no, siente la necesidad de hacer algo al respecto. Seokjin lo sentía, y él sería quien los salvaría de todos los meses de miseria que vivieron en un lugar tan similar y a la vez tan diferente al mundo tal y cómo lo conocían.

Observó a Jungkook. Observó a Jimin.

- Hola- dijo. Nunca había practicado ese momento. ¿Qué les diría? Estaba en total estado de shock. No podía creer que algo tan esperado estaba pasando frente a sus ojos.

- ¿Kim.. Seokjin?- escuchó. La suave voz de Jungkook se hacía presente por primera vez, mirándolo fijamente tras el muro.

- Jeon Jungkook- suspiró. ¿Estaba soñando?

- A...ayúdanos- tartamudeó Jimin con los ojos rojos e irritados, como si fuera a llorar.

- Seokjin- continuó Jungkook- confiamos en ti, nos diste hospedaje, estamos muy agradecidos por eso. Pero...

- Yo... no soy el Seokjin que creen.

- Lo sabemos. Eres el secretario del instituto Kim&Kim. Por favor... si existe alguna oportunidad de volver, ayúdanos.

- Yo... no lo sé realmente- respondió decepcionado de sí mismo- no sé cómo salvarlos.

- Seokjin dijo que sabrías- dijo Jimin.

- ¡Yo realmente quiero ayudarlos! Desde muchísimo tiempo nos unimos con Namjoon, Hoseok, Taehyung y Yoongi para descubrir qué ocurrió y cómo podríamos ayudarlos, pero sinceramente no hallamos nada. Pero ahora los tengo frente a mis ojos y...

- Ayúdanos- suplico Jimin.

- Seokjin, si estamos aquí ahora... tenemos posibilidades de volver, ¿no es así?- expresó Jungkook, extendiendo su mano a aquel extraño muro.

- ¡Espera!- gritó Seokjin- ¿qué crees qué haces?

- Tocaré el muro.

- ¿Estás loco?- preguntó alterado- ¡aún no sabemos nada de este lugar, podría ser peligroso!

- ¿Hay algo más peligroso que morir? Porque técnicamente, ya lo he presenciado- e ignorando Jungkook, alzó lentamente su brazo, tocando aquella membrana que los dividía. Sintió un cosquilleo en la palma de su mano, y luego...

- ¡Tu mano!- gritó sorprendido Jimin- ¡Has pasado el muro!

- Entonces... ¿es posible?- preguntó Seokjin, e intentó hacer lo mismo. Pero fue diferente. Una gran fuerza de repulsión no permitió que se acerque. Estaba muy cálido.

- Tú no puedes pasar. Pero nosotros sí. ¿Debería intentarlo también, Jungkook?

- Si estoy en lo cierto, ambos podemos hacerlo, porque ya estamos 'muertos'. No hay nada que pueda dañarnos. Seokjin no puede hacerlo, porque...

- Porque no estoy muerto- continuó- y porque no puedo pasar a su mundo.

- Es como... un muro que separa a ambos mundos. Un portal.

- Exacto, Jimin- respondió Jungkook- ahora... vayamos. Es hora.

Con aquella seguridad, ambos jóvenes pasaron el muro, quedando del lado de Seokjin, y un gran sonido provocó que los tres hombres cayeran al suelo. Era un sonido chillante, agudo, y el gran muro comenzó a desvanecerse, convirtiéndose en una gran esfera con forma de luz.

- Creo que es hora. Vayamos a casa.

La flor de la Navidad; {BTS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora