Capítulo 3: La quiero.

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Bella.

Llegamos a la sala principal y todos tomamos asiento en nuestros respectivos tronos. La bebé se mueve en mis brazos hasta quedar frente a mi y me sonríe mostrando sus encías. Río por tal acción y ella al notar eso lo vuelve a hacer conmoviendo a todos.

—Ahora me podrían explicar cómo fue que sucedió todo esto.—Lucifer se limpia una lágrima de la risa y señala a la bebé.

 —Esta bebé era el diamante, hasta que yo la toqué y se transformó.—Contesto.

—Estaba seguro de que eso no tenía que pasar, a menos que...

Lucifer se queda pensativo hasta que su cara se ilumina. Se levanta del trono y me hace una seña para que lo acompañe.

—¿Y nosotros?—Inquiere James.

—A mí no me metan, tengo unos hechizos que practicar.—Dice Carlos.—Jake vienes conmigo.—El ya mencionado lo sigue murmurando entre dientes lo que le haría si uno de sus hechizos volvía a salir mal.

James se encoge de hombros y los sigue argumentando que sería divertido ver eso.

Me levanto del trono y camino junto a Lucifer durante varios minutos en silencio, mientras camino voy arrullando a la bebé hasta que se queda completamente dormida y, aunque era un verdadero grano en el culo, en el fondo la quería.

Y no sé porque.

Llegamos a una de las habitaciones Negras. ¿Su nombre? Porque son completamente negras, no hay nada extraño.

Abre la puerta y me invita a pasar. Entro y él cierra la puerta tras de mi.

—Deja a la bebé es esa cuna de por allá.

—¿Cuál cun...—Callo de golpe al ver como de las sombras surge una cuna de oro y diamante. Dejo a la bebé con cuidado y procurando no despertarla, en el instante donde la coloco, la cuna se esfuma junto a ella.

—Siéntate.—Señala un sofá que aparece y hago lo que me pide.—Mira, supongo que tendrás muchas preguntas, ¿o me equivoco?

—Para nada, no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando aquí. Y yo que creía haber visto todo.—Susurro lo último.

—Seré directo. Esa bebé es tu hija como ya te lo había mencionado.

—¿Disculpa? No recuerdo haber quedado embarazada, ni mucho menos entrar en parto. Esa bebé salió de la nada al momento de tocar el..

—El diamante, lo sé.—Corta.—Yo sabía que ese diamante no era normal, por milenios han querido apoderarse del poder que contenía, mas sin embargo, nadie lo pudo obtener, ni al diamante ni la bebé. El truco era sencillo, solo un alma pura iba a poder despertar al diamante y dominar su poder.

—Con el alma pura, te refieres a mi parte ángel, ¿no?

—Efectivamente, Bella.

—Pero lo que no entiendo, es el cómo llego yo a ser su madre.

—Verás, al momento de tocar el diamante éste absorbe parte del poder de quien lo toca, en este caso absorbió parte de tu sangre sin llegar a hacerte daño, pero no solamente tuya, sino también de los demás ineptos. Porque sinceramente apostaría mi reino a que los otros tres la intentaron tomar.

—Pues estás en lo cierto.—Suelto una pequeña risa.—Así que, en conclusión me he hecho madre en menos de cinco horas y que Carlos, James y Jake son algo así como sus..¿tíos?

—Se podría decir que si. La bebé tiene parte de su sangre.

—Vaya..—Suspiro y me levanto.—Supongo que tendré que asimilar el papel de madre. ¿Crees que me podrías ayudar?

—Bella, tú eres como una hija para mi. Prácticamente ustedes cuatro son mis hijos, son sangre de mi sangre y eso nadie lo va a cambiar. Así que, ¿acaso dudas que te ayudaré?

Le sonrío y no lo pienso mucho antes de abrazarlo fuertemente, él se sorprende un poco pero me devuelve el abrazo de igual forma.

—Gracias, eres el mejor padre que alguna vez pude haber tenido, te quiero.—Él sonríe, sonrisa que se le borra de golpe al decir la última palabra.—Abuelo...

No hace falta que diga como termina todo esto, yo riendo como idiota mientras huía de un furioso Lucifer que exclamaba que no era ningún abuelo. Carlos asustándose por nuestra repentina entrada y quemando accidentalmente a Jake. James ahogándose con su comida por tal espectáculo. Y una bebé explotando las ventanas del castillo con su fuerte llanto.

La familia más normal que alguna vez va a existir.

La familia más normal que alguna vez va a existir

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Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora