Bella.
Veo como el cuerpo de Jake cae estrepitosamente al suelo. Antares vuelve a propinarle otro golpe y dos más antes de que Jake reaccione y lo arroje lejos de él.
—No me pueden estar jodiendo.—Las palabras simplemente salen de mi boca mientras veo la pelea en la que se acaba de meter el tranquilo y pacífico Jake.
Las gemelas, por su parte, se miran mutuamente en shock. James, como siempre, no tarda en explotar a carcajadas y a lanzar comentarios con el propósito de hacer enfadar más al dragón.
Acaricio levemente una cabeza de las cabezas de Cerbero y él se inclina permitiéndome bajar. Una vez en el suelo, voy caminando tranquilamente al cuerpo inconsciente de Carlos mientras que, al mismo tiempo, voy tarareando una melodía mundana que había escuchado hace poco. El cuerpo de Antares sale volando a centímetros detrás de mí y una bola de fuego es lanzada por parte de éste.
Cuando llego al muertito, me inclino levemente y lo tomo de los hombros hasta dejarlo en mi regazo. Levanto la vista hasta localizar a los imbéciles, y lo beso un poco, Antares, al sentir la traición, gira velozmente hacia mí y me lanza una mirada mortal. Sonrío inocentemente y creo un escudo antes de que la llama me alcance.
—¡Suéltalo, maldita rubia!—Exclama y golpea innumerables veces el escudo.
—Ambos somos rubios, genio.—Ruedo los ojos y elimino el escudo. Me alejo rápidamente y dejo el cuerpo a su disposición.
—¿Por qué lo besaste?—Pregunta James confundido.
—Para parar la patética pelea que estaban armando.—Me encojo de hombros.
Inna niega divertida y toma a su mate inconsciente al estilo princesa.
—Llevaré a Tyler a mi habitación, que nadie entre y no destruyan nada sin mí.—Informa antes de desaparecer tras las puertas del castillo.
De un movimiento de manos, mando a los restantes de la familia Mooned a habitaciones en el castillo, no sin antes haber pateado un poco a Akin. Los príncipes —excepto Leviatán, Mammón y Belfegor—, empiezan a dispersarse por diferentes sitios, no sin antes decir que esperaban más peleas como esas más seguido.
Jake le da una rápida mirada a las gemelas, antes de irse por el mismo camino que Inna. Carlos empieza a despertar y lo primero que mira es a Antares sosteniéndolo.
—¿Qué carajos?
—Hola, mi príncipe.
James, Mammón y yo explotamos a carcajadas, Lucifer y Belfegor se cubren sus bocas para que sus risas no se escuchen, y lo Leviatán se limita a hacer una mueca de asco y murmurar un leve adiós antes de desaparecer en el fondo de uno de los lagos que se encontraban cerca. Taylor le hace una seña a James sobre que irá dentro del castillo y él asiente.
Doy media vuelta con la intención de seguir a Taylor y no estar cerca de la parejita, pero una mano me toca el hombro. Muevo levemente mi cabeza y miro a una de las gemelas, enarco una ceja y ella se aclara la garganta.
—Yo...
—Eres Anesha y tu hermana es Aisha Bleiz.—Interrumpo.
—¿Cómo lo...?
—Fácil, puedo saber lo que estás pensando en estos momentos. Y la respuesta es no lo sé, tienen que ir ustedes mismas.—Vuelvo a interrumpir. Sonrío inocentemente.—Son las escaleras de la derecha y la novena puerta, sabrán identificarla porque tiene incrustado un dragón de oro y plata en forma del tatuaje de James. De nada.
La dejo con la palabra en la boca y me teletransporto hasta llegar a la habitación de Taylor. Toco la puerta un par de veces antes de escuchar la voz de Taylor diciendo que pase.
Al entrar la veo recostada en la cama acariciando suavemente su vientre. Al verme, se incorpora rápidamente ocasionándose un mareo, la sostengo antes de que caiga y la hago sentarse nuevamente.
—Bella yo...no te esperaba.—Dice una vez que se recupera.
—A decir verdad, yo tampoco sé muy bien qué hago aquí, pero pensé: Taylor es la mate de James, que es como mi hermano, y la hermana del mate de mi hija, debería de conocerla y...aquí estoy.—Me quedo un momento en silencio.—Eso se escuchaba mejor en mi cabeza.
Ella suelta una leve risa y asiente.
—Tienes razón, de un modo u otro terminamos emparentadas así que...supongo que deberíamos de hacer esas cosas que hacen las personas normales para conocer a alguien, preguntas y así.
—Exacto, pero te falló en algo.—Su ceño se frunce y me interroga con la mirada.—No somos personas normales.
Ella no alcanza a decir nada más, porque la tomo del brazo y nos hago saltar por la ventana.
Mientras que, de lejos, muy lejos, escucho el grito asustado y furioso de James.
—¡Juro devolvértela!
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Averno: Los Cuatro Jinetes
Paranormal¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? ¿Le venderías tu alma al Demonio? ¿En quién confías? ¿Quiénes son ellos cuatro? ¿Por qué Dios no te escucha? Hay miles de preguntas sin respuestas concretas, sólo recuerda una cosa: Lucifer no siempre...