Carlos.
Crecer. El crecimiento es un desarrollo, tanto físico como mental, crecer abre paso a una nueva fase de ti, una que antes no tenías o no conocías. Crecer es parte de la vida en general, no toma excepciones y le toca a todos, claro, unos lo llegan a congelar y otros lo dejan avanzar, pero tarde o temprano vuelve.
¿Cuál es el problema de crecer? Mejor dicho problemas, adiós infancia, hola pubertad...claro, exceptuando a Inna.
Inna es tan...Inna, verla crecer fue una experiencia completamente nueva a lo largo de todos mis más de dos mil años de vida. Y ahora, verla siendo abrazada por un hombre que no sea parte de nosotros, de su familia es muy...
Ni siquiera tengo palabras para describir todo esto, extraño sería una de las palabras que quedarían perfectamente con esto, como un anillo a un dedo. Pero había que admitirlo, hay diferentes tipos de anillos y tamaños.
Inna se queda unos segundos paralizada y frunciendo en ceño con la mirada perdida, sus ojos me encuentran y deja a su mate atrás sólo para venir a abrazarme.
—Nunca podría cambiarlos, eso sería dejar de lado a mi familia, y la familia se protege.—Se separa lentamente.—Se cuida, se apoya y sobre todo.—Sonríe abiertamente.—Se ama.
—Siempre fuiste demasiado pura como para estar en el averno.—Acaricio su mejilla ignorando el gruñido que Tyler me da.
—Sin embargo, ese siempre será mi hogar. Ahí fue donde crecí mientras veía como los príncipes torturaban a las almas oscuras, en donde mamá se divertía aniquilando a los demonios desobedientes, donde ustedes castigaban a los malos, en donde Cerbero me enseñaba cómo diferenciar los colores de la sangre y en donde James siempre arruinaba sus momentos sexuales.—El mencionado suelta una risa y Jake rueda los ojos disgustado, pero al final termina sonriendo.
—¿En qué clase de infierno creciste, niña?—Akin mira a Inna impresionado.
Ella se encoge de hombros y dice.
—Tú mismo lo acabas de decir, en el infierno o el averno, es lo mismo.
—Su Majestad.—Milenka se encoge ante la mirada gélida de Lucifer. —Creo que lo más conveniente es llevar a la princesa a la manada, aquí corre peligro.
—En cualquier lugar nuestra pequeña no tan pequeña corre peligro.—James empuja a Tyler que tenía intenciones de abrazar a Inna y la aprieta entre sus brazos.—Pero si ella quiere seguir aquí, la apoyaremos.
—Gra...gracias, pero...me asfixias...—James afloja su agarre.
—Además, quiero conocer a mi nueva manada...—Mira con burla a Akin y se ríe silenciosamente. Él, al ver la burla de James, se acerca con intención de golpearlo pero, con sólo una mirada, cae de rodillas retorciéndose de dolor.
—Hijo de...
—No, no...—James niega con el dedo índice.—No insultes a tu Alfa.
—Genial.—Bufa Jake.—Ya se le subieron los humos.
—Tío, ¿podrías parar?
—Bien, pero sólo por ti, Inna.—Akin se levanta del suelo tambaleante y mira con odio a James, el cual se sigue burlando con la mirada.
—Hay que irnos de aquí, así que ya paren de una vez.—Lucifer sacude el polvo inexistente de su traje y se aclara la garganta, ve con superioridad a los lobos y señala a Tyler.—Tú...Tyler llévanos a la manada.
—¿Cómo sabe mi...
—Sabemos todo sobre ustedes, niño.—Digo con desgana.—Ya ahórranos las presentaciones y vayámonos de aquí.
Él me mira mal, pero luego mira a Inna y su mirada se suaviza.
—Claro.—Responde completamente embobado.
—Ellos no pertenecen a la manada.—Akin se cruza en nuestro camino.—No son bienvenidos.
Y aquí vamos de nuevo...
—Nunca somos bienvenidos en ningún sitio, no es de relevancia.—Inna lo rodea y seguimos caminando dejando atrás a un Akin anonado.
—Ustedes son demonios, los demonios sólo traen desgracias. —Murmura uno de los guardias que acompañaba a Akin.
—El único demonio que hay aquí es el imbécil que tenían como Alfa.—Contesto tajante.—Así que si tienes algún problema, ve y arregla eso con él.
Nadie dice nada en el transcurso a la manada Crystal, aunque sabía perfectamente que no todos los lobos aceptaban que estuviésemos aquí. Cuando llegamos recibimos miradas de todo tipo, desde desconcierto hasta odio.
Lo normal.
Una mujer rubia acompañada de un hombre parecido a Akin se abren paso entre toda la multitud que se había arremolinado a nuestro alrededor sin habernos darnos cuenta.
—¡Tyler!—Ella se lanza a sus brazos y le acaricia el rostro, después le estira una oreja y lo regaña.—¡No te vuelvas a ir de esa forma, me tenías muerta de miedo!
—Perdón, mamá...—Dice arrepentido y avergonzado de que ella lo trate como un niño.
—Perdón y nada, más te vale que me expliques qué está pasando y por qué hay tantas personas nuevas.
—Bueno...—Tyler toma a Inna de la mano y la acerca a él, recibiendo una mirada fulminante de parte de nosotros.—Papá, mamá, ella es Inna, mi mate.
La mujer abre los ojos y de inmediato se lanza a abrazar a Inna.
Ésta mujer tiene algo con los abrazos.
—¡Al fin!—Chilla completamente feliz.—¡No puedo creerlo, cariño eres hermosa!
Inna se sonroja y sonríe levemente. El hombre que acompañaba a la rubia, el cual asumo que es su padre, se acerca.
—Un placer conocerte, Inna. Mi nombre es Marcus y ella es mi esposa Adelina.
—A esto le llamo incesto...
—¡Cállate, James!—Exclamamos al unísono.
—El placer es mutuo, mi nombre es Inna Denali Ross...
—Un maldito demonio.—Interrumpe Akin.
La multitud empieza a murmurar y a mirarnos mal, sobre todo a Inna.
—Nunca te callarás, ¿verdad?—Ironiza enfadada.
—Lo haré hasta que te largues.
—Creo que el que se debería de largar eres tú.—Se mete James a la discusión.—Al final de cuentas yo soy el nuevo Alfa.
Y ahí los murmullos se convierten en gritos, palabras sin sentido y muchas otras cosas más.
¿Por qué James nunca puede cerrar la boca?
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Averno: Los Cuatro Jinetes
Paranormal¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? ¿Le venderías tu alma al Demonio? ¿En quién confías? ¿Quiénes son ellos cuatro? ¿Por qué Dios no te escucha? Hay miles de preguntas sin respuestas concretas, sólo recuerda una cosa: Lucifer no siempre...