Epílogo: Luz.

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Inna.

Oscuridad.

Oscuridad absoluta, no veo nada, ni mi propio cuerpo.

¿Así se siente morir? ¿Seré alguna clase de alma en pena que vivirá eternamente sin poder ver nada ni saber en dónde está? ¿Acaso esto es el Limbo? ¿Esto es lo que vió Lucifer al morir?

Pierdo el sentido del tiempo al mismo tiempo en el que formulo estas preguntas sin respuesta. Hasta que veo una pequeña luz, tan pequeña que tengo que entrecerrar mis ojos para intentar enfocarla.

Intento acercarme, y milagrosamente puedo hacerlo, sin embargo, cuando estoy a punto de tocarla, una voz grave y fuerte retumba en todos lados.

—Si fuera tú, no haría eso.

Miro a todos lados, pero la oscuridad sigue, ni siquiera la luz que está frente a mí es capaz de iluminar mi mano extendida.

—¿Qué pasa si lo hago?—Pregunto a la nada.

—Esa es la puerta del Limbo. Si la tocas serás llevada a él y no podrás salir jamás.

—¿Quién eres? ¿Cómo sabes todo esto?—La voz se queda en silencio.—¿Dónde estoy?

—Estás en el todo y en la nada, Inna.

—¿No debería de estar ahí?—Pregunto refiriéndome al Limbo.

—Deberías, si.—Afirma.—Pero alguien ha abogado por ti, impidiendo que vayas hacia ahí.

¿Acaso me está diciendo que terminaré aquí eternamente hablando con una voz en las sombras?

Como si me hubiera leído la mente, la voz continúa hablando.

—No estarás aquí, Inna. Puedes volver a tu hogar.

Una esperanza crece en mi pecho, pero se va casi al mismo tiempo de aparecer.

—Si la vida me ha enseñado algo, es que nunca nada en ella es gratis, ¿o me equivoco?

—En lo absoluto, hay un par de condiciones que debes de cumplir para que se permita volver.

—¿Cuáles?—Inquiero un tanto más confiada de aquella voz.

—Dejarás de ser el tan famoso diamante, las habilidades que se te concedieron por las múltiples criaturas que lo llegaron a tocar se te quitarán.

Realmente rara vez utilizaba una que otra habilidad, sin embargo, el dejar de ser el diamante también significaba que yo dejaría de ser...

—No serás humana, podrás elegir una criatura.—Como antes, leyó mi mente.—Es un intercambio, parte de ti está muerta, solamente puedes salvar algo, y ese algo será lo que te definirá.

«Pero eso no significa que será fácil, tendrás que elegir con sabiduría y dependiendo de tu elección, tu destino será marcado. Un ejemplo de ello, es tu parte demonio, si eliges otra cosa, no podrás volver al infierno, y si haces lo contrario, tampoco podrás salir.»

Y ahí estaba la trampa, una mala elección y mi vida se condenaría. ¿Sería capaz de abandonar a mi familia o sería capaz de abandonar a Tyler y dejar que sufriera lo mismo que sufrió Akim?

No sé cuanto tiempo pasó, pero todo lo sentí eterno. Hasta que decidí.

—Ya tomé mi decisión.

Al instante que digo eso, una grieta enorme se forma cerca de mis pies y tengo que moverme rápidamente para evitar caer. De la grieta sale una luz cegadora que hace que me cubra los ojos y retroceda un poco.

—Espero que hayas elegido la correcta, porque una vez que la tomes ya no habrá vuelta atrás.—Mientras más habla, más grietas se empiezan a formar dejando pasar más luz, haciendo que caiga hacia atrás debido a un temblor.

—No me arrepentiré.

Una sombra camina de entre una de las grietas hacia mí, sin embargo, no soy capaz de distinguir quien es.

—Bien, porque ya me estaba cansando de la molesta voz de mi hermano.—Lucifer se coloca frente a mí y extiende su mano para que la tome.

—¿Acaso es otro fantasma tuyo o algo por el estilo?

—Dudo mucho que un fantasma pueda hacer esto.

Toma mis manos y me tira hacia él dándome un fuerte abrazo. Yo sin poder aguantar más, rompo en llanto y se lo devuelvo.

—Yo...te extrañé, no sabes cuanto.—Logro decir entre sollozos. Ante mis palabras, él aprieta más el agarre.

Cuando el abrazo termina y él se separa, con sus manos limpia mis lágrimas y me da una sonrisa, al mismo tiempo que un temblor horrible sacude la instancia y deja pasar más luz. Él me sostiene en cuanto los temblores aumentan y la luz empieza a consumir la oscuridad.

—Es hora de volver a casa, Inna.

Y la luz ilumina todo.

Y la luz ilumina todo

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Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora