Capítulo 19: Bella.

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Inna.

Llegamos a una colina en donde se ven las hordas de monstruos creados por brujos oscuros a lo lejos, todos nos preparamos para la batalla una vez que Tyler y su familia llegan junto con varios lobos.

Milenka, la anciana bruja se acerca rápidamente a mí y me entrega una espada enfundada.

—Tu madre me la dio, te la iba a entregar en caso de una emergencia como ésta.—Ella se va dejándome con muchas interrogantes. Miro a Lucifer y él se acerca a mí.

—¿Por qué mamá me la dio?—Saco la espada de su funda y quedo maravillada, es simplemente perfecta.

—¿Me creerás si te digo que yo tampoco tenía conocimiento de la espada?—Acaricia la espada con cuidado y frunce el ceño

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—¿Me creerás si te digo que yo tampoco tenía conocimiento de la espada?—Acaricia la espada con cuidado y frunce el ceño.—Es hierro demoníaco junto con un toque de diamante angelical. Tu madre siempre ha sido una caja de sorpresas.

—No importa que sea mi madre ni cuánto tiempo pase con ella, siempre habrá algo nuevo que descubrir de ella.

—Inna.—Adelina me toma del brazo.—¿Podrían hablar de tu madre en otro momento?

Asiento y me coloco a un lado de Tyler, Carlos y Lucifer crean bolas de energía, Jake prende sus brazos en fuego acentuando más sus escamas, James les gruñe a la manada Crystal y ellos se preparan para transformarse en cualquier momento.

—¿Eso es un meteorito?—Taylor señala al cielo en donde se ve algo cayendo.

—¿Desde cuándo caen meteoritos cerca de aquí?—Ahora es el turno de Akin de preguntar.

Carlos, James, Jake, Lucifer y yo enfocamos nuestra vista hacia aquel objeto. Y para nuestra suerte o nuestra desgracia no tardamos mucho en identificarlo.

—Carajo...—Murmura James dejando su transformación de lado y abriendo los ojos asustado. Carlos al ver que está desnudo, le aparece ropa.—Gracias...—Dice sin quitar la vista del cielo.

—Díganme que no es lo que estoy pensando.—Jake traga saliva en cuando le asiento con la cabeza. Sus brazos se apagan de inmediato.—Vamos a morir.

—¿Qué es eso? ¿Por qué tienen miedo?—Marcus nos mira interrogantemente y me golpeo mentalmente por no haberles dicho nada al respecto.

—En resumen...podríamos decir que tenemos..¿ayuda?—Carlos se encoge de hombros al no saber qué más decir.

—No sé si alegrarme porque ella está aquí...o asustarme porque ella está aquí.—Trago saliva y siento como la espada quiere resbalar por mis manos sudorosas.

Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora