Capítulo 51: Fuego.

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Inna.

Sentada en mi habitación, una sensación de inquietud se apodera de mí.

Algo está mal.

Abro la puerta y lo primero que veo es a Tyler a punto de tocar.

—Inna, ¿estás bien?

—Lo estoy.—Digo un poco confundida.—¿Tú lo estás?

Él asiente y me da un rápido abrazo el vi al correspondo.

—Sentí tus emociones, pensé que corrías peligro o algo parecido.—Dice sin romper el abrazo.

—Si no eres tú, ni soy yo, ¿quién?—Digo más para mí misma que para él. Él rompe el abrazo y me observa.

—Bueno, lo mío tiene explicación. Estoy conectado a ti, así que lo que tú sientas, yo también lo sentiré.

—Poniéndolo así, creo que será algo complicado descubrir quien está mal, puedo sentir las emociones de mi familia y más de la mitad de medio reino.

Una ola de calma me quita aquella sensación y no puede dejarme más que confundida.

—¿Tú también lo...?

—¿Sentí?—Completa mi pregunta.—Si, creí que eras tú.—Niego.—Tal vez quien se sentía así ya arregló sus asuntos.

—Puede ser.—Es cuando me doy cuenta que sigo en la puerta.—Que mal educada soy, entra.

Me muevo y lo dejo entrar, cerrando la puerta tras de sí.

—Escucha, Tyler, sé que por la cuestión de ser almas gemelas debemos de estar juntos y que por culpa de las presiones de la guerra te he descuidado, quiero que sepas que cuando todo esto termine, tendremos una verdadera relación.

Él frunce el ceño cuando termino de hablar y se cruza de brazos.

—¿Estás diciendo que todo esto es falso?

—¡¿Qué?! ¡No, por supuesto que no!—Niego rápidamente y me acerco a él. Tomo sus brazos y los descruzo para poder tomar sus manos.—Me refiero a que me tendrás todo el tiempo para ti, sin nada que nos pueda matar a la vuelta de la esquina, sin complicaciones.

«Las cosas se han puesto un poco turbias, sé que no te he dado el apoyo que debe de dar un alma, pero todo esto me tiene completamente ocupada. En verdad quiero que esto funcione y que no estemos juntos solamente por obligación.

En poco tiempo en verdad te he tomado cariño, más allá de la atracción de las almas. Si tú te sientes mal por cualquier cosa que haga, quiero que me lo digas, ¿vale? No quiero que te guardes nada ni mucho menos, quiero estar ahí para ti.»

—Inna...—Él toma mi rostro entre sus manos.—Sé perfectamente que lo nuestro no se está dando en su momento, que habrán situaciones en las que ambos tendremos que luchar por nuestras vidas y por la de nuestras familias, sé todo lo que conlleva estar junto a la princesa del Averno, ¿y sabes qué? No me importa, porque también sé que toda la espera y el esfuerzo van a valer la pena.

—Eres todo lo que alguna vez pude desear, Tyler.—Lo beso lento y despacio.—En verdad, gracias por todo.

—El que debería de agradecer, soy yo.—Besa castamente mis labios.

Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora