Bella.
Observo como Carlos deja a Jake recostado en una silla frente a la larga mesa que utilizamos para hablar de situaciones importantes.
James continúa feliz y no sé si fue por haberse reconciliado con Taylor o por el hecho de haber golpeado a Jake y no sufrir su ardiente furia.
Lucifer se sitúa a mi lado en la punta de la mesa y con un rápido movimiento de manos, hace que las puertas de nuestro alrededor se abran y por éstas mismas entren los Ángeles y los Demonios principales, todos van tomando asiento en completo silencio y una vez que todos ya están situados, Lucifer habla.
-Antes que nada, Carlos, necesito que despiertes a Jake, sin embargo, también necesito que le coloques las cadenas malditas, evitará que haga volar todo el lugar.
Mi vista se posa en Carlos el cual está tenso, todos aquí sabemos que si alguien necesita las cadenas malditas —las cuales ni por muy fuerte que alguien sea, se podrán romper a menos que el que las colocó así lo decida—, es porque en verdad hay problemas.
—¿Realmente son necesarias las cadenas malditas?—Inquiero hacia ambos.—Es Jake del que estamos hablando, el tranquilo y el que odia ocasionar problemas Jake.
—Los atacó, Bella.—Responde.—Jake ahora mismo no tiene control y no dudará en volver a atacar una vez sea despertado, y menos con la información que les daré.
La sonrisa que antes tenía James ha desaparecido, y en los rostros de los demás veo duda e incertidumbre.
Carlos empieza a decir rápidas palabras en voz baja invocando las cadenas y, una vez en sus manos, las mueve hacia Jake encadenándolo al respaldo de la silla. Nos da una rápida mirada y con un chasquido de dedos, Jake despierta.
Él luce confundido y desorientado, mira las cadenas sin entender y levanta la vista hasta enfocarla entre nosotros, no es hasta que mira a Lucifer que él se tensa e intenta levantarse.
—¡Maldito hijo de perra!—Grita y hace el ademán de levantarse, pero las cadenas se lo impiden.—¡Suéltenme! ¡Quiténme éstas mierdas! ¡Ahora!
Intento levantarme, pero Lucifer toma mi brazo y me lo impide.
—No, Bella.—Niega.
—No sé específicamente lo que está pasando, pero no dejaré que Jake esté atado como si fuera un maldito animal.
Lucifer aprieta su agarre y me mira enojado. Nunca pensé que pelearía contra él, pero si necesario, lo haré.
Sin embargo, cuando estoy a punto de encestarle un golpe a Lucifer, una de las puertas se abre y por ella entran Inna, Tyler y Taylor, Antares y sus hermanas.
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Averno: Los Cuatro Jinetes
Paranormal¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? ¿Le venderías tu alma al Demonio? ¿En quién confías? ¿Quiénes son ellos cuatro? ¿Por qué Dios no te escucha? Hay miles de preguntas sin respuestas concretas, sólo recuerda una cosa: Lucifer no siempre...