Jake.
Una explosión nos saca de nuestro entretenimiento —que es ver como los príncipes golpean a Akin, mientras que Astaroth tiene paralizados a cualquiera que intervenga—, y nos hace salir rápidamente del castillo.
—Terciarios.—Murmura Bella con sus ojos completamente negros. Sorprendiendo a los visitantes.—En las puertas.
Y desaparece.
Me acerco a Lucifer con intenciones de transformarme y atacar, pero antes de que lo pueda hacer, mi mente se abre dejando entrar inconscientemente a Carlos.
—Alma...mía.
Me congelo en mi lugar y Lucifer también. Mi boca se abre un par de veces intentando decir algo, pero de ésta no sale nada.
—¿Tú también lo escuchaste?—Pregunta Lucifer sin quitar la vista de las puertas, las cuales están a un par de kilómetros.
—Fuerte y claro, hasta con su tono de incredulidad.
—¿Es cierto?—Inna se mete a la conversación.—¿La encontró?
—Después de más de dos mil años, lo logró.—Lucifer sonríe mostrando todos sus dientes.
Un quejido a nuestras espaldas nos hace girar, solo para encontrarnos a Akin siendo arrastrado por Mammón y a los demás Mooned en el aire, culpa de Asmodeo.
—Deo, ¿podrías bajarlos?-Inquiere Inna.
—De que puedo, puedo; de que quiera ya es otra cosa.
Lucho por ocultar mi sonrisa ante sus palabras, él por algo es mi mejor amigo.
—Si, pero...
—No puede ser...—Asmodeo abre la boca y deja caer estrepitosamente a los Mooned, dejándolos inconscientes.
Mammón suelta a Akin y lo deja golpearse con el suelo; Amon y Astaroth levantan sus cejas sorprendidos; Belfegor deja caer al suelo su copa de whisky —que no tengo ni idea de donde la saco—; Leviatán, el cual iba llegando con una sirena en brazos, la deja caer y abre los ojos sorprendido; Belcebú y Lucifer se quedan congelados, y yo...yo doy media vuelta para saber qué es lo que les sucede y me quedo el shock.
Carlos viene inconsciente en los brazos de un hombre rubio. No nos sorprende que esté inconsciente, nos sorprende el hecho de que tenga un nuevo tatuaje en forma de águila en el brazo, justo debajo de la marca de los jinetes. Pues eso significa que el hombre que lo tiene cargado, es su alma, y el águila, su marca.
Detrás del rubio, viene Bella montada en Cerbero y controlando a varios terciarios que, al parecer, se han rendido ante la presencia de la reina.
El rubio se detiene a pocos metros de nosotros, hace una leve reverencia con Carlos aún en sus brazos.
—Mi nombre es Antares Bleiz, líder de los terciarios rebeldes, y...alma de uno de los cuatro reyes.—Bella se aclara la garganta.—Y reina.
—Sé perfectamente quién eres.—Responde Lucifer recomponiéndose del impacto.—Me has causado cientos de problemas.
—Diría que lo siento, pero no lo hago.
—Carlos, mi hermano.—Hablo.—¿Se dejó marcar por ti o fue por la fuerza?
Los príncipes se ponen tensos ante la posibilidad de que él lo haya obligado. Pues nadie se mete con nuestro Carlos.
—Fue totalmente consentido, pero se desmayó en cuanto la marca fue puesta y causó una...
—Explosión.—Finalizo.—Suponía que algo así pasaría.
Él me da una mirada de confusión y yo solo me encojo de hombros.
—Lo que no entiendo...—Bella toma la palabra.—Es que, ¿por qué un águila?
—Por la misma razón en la que Jake tiene un dragón en su espalda, James un gran perro en su pecho, tú unas alas y Carlos una llama.
—Representa nuestro poder o nuestras habilidades.—Concluyo mientras me cruzo de brazos.—¿Eres un cambiaforma?
—Soy mitad demonio y mitad cambiaforma, mi madre era un águila y mi padre un demonio.
—¿Era?
Por un momento su ojo celeste cambia a uno dorado, fue breve, pero no pasó desapercibido.
—Era.
—Me pregunto cuál será el pasivo y cuál será el activo.—Dice James saliendo del bosque con Taylor de la mano y con una sonrisa burlesca.
—Yo me preguntaba cuánto tiempo ibas a tardar en aparecer.—Niego con la cabeza y sonrió de medio lado.
—Vine en cuanto escuché su voz en mi cabeza. Ahora.—Suelta la mano de Taylor y se estira como si estuviera calentando.—¿Eres al que debo de golpear por quitarnos a nuestro Carlos?
Dos chicas con la cara cubierta dan un paso hacia adelante con dirección a Antares, Cerbero, al notar eso, gruñe y muestra sus afilados dientes.
—¡No! No se acerquen, no quiero que salgan lastimadas, chicas.
—¡Pero Antares!—Empieza una de ellas.
—¡No te vamos a dejar!—Y lo termina la otra con la voz idéntica.
Ambas chicas se quitan sus capuchas y nos revelan a dos rubias de ojos, ¿azules? ¿grises? No lo sé, lo único que sé es que no puedo quitar mi vista de ambas. Ellas, al sentir mi mirada, quitan su vista de Antares y la enfocan en mí.
Su maldita y jodida madre.
James explota a carcajadas que son seguidas por los demás príncipes, incluyendo a Bella e Inna.
Mi boca se abre para decir algo, pero recibo un puñetazo que me hace caer al suelo.
—¡A mis hermanas no, imbécil!
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Averno: Los Cuatro Jinetes
Paranormal¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? ¿Le venderías tu alma al Demonio? ¿En quién confías? ¿Quiénes son ellos cuatro? ¿Por qué Dios no te escucha? Hay miles de preguntas sin respuestas concretas, sólo recuerda una cosa: Lucifer no siempre...