James.
Después de que aclarara dudas y consiguiera una que otra admiradora, incluso admirador, mi familia y yo fuimos conducida a lo que parecía ser una mansión de éste siglo.
Ya saben, televisiones, aire acondicionado, las cosas humanas que se usan actualmente.
—Díganme...—Empieza Adelina.—¿Qué los trae por aquí?
Todos nos giramos con dirección a Inna, ella se sonroja y baja la mirada.
—Fue mi culpa.—Levanta la cabeza y mira a todos a su alrededor, incluyendo a Akin que está en una esquina alejado de nosotros.—Quise ir al paraíso en busca de mi madre.
—Con paraíso te refieres al...cielo, ¿no?—Pregunta Marcus.
—Si es así como lo llaman ustedes, entonces si.
—¿Por qué tu madre está en el cielo? ¿Ella...—Adelina deja la pregunta inconclusa esperando que Inna entienda a qué se refiere.
—¡No!—Niega rápidamente, después se queda pensando unos momentos y asiente—Bueno, si pero...ella ya estaba muerta desde antes, sólo que ha ido al paraíso porque tenía unos asuntos que resolver.
Su respuesta no hace más que confundir a los lobos.
—Para entrar a cualquiera de ambos lugares, debes de estar muerto. Ella murió hace tiempo y fue llevada ahí, pero ella al querer volver a la tierra fue dejada a la deriva para que fuera cazada por ángeles.—Adelina abre los ojos como platos e intenta hablar, pero Inna aclara rápidamente.—Pero fue salvada por los que actualmente son mi familia y bueno...después llegué yo, pero esa es otra historia.
Que incómoda se ha de sentir Inna estando con la antigua familia de su madre.
—James, ya cállate y déjame concentrarme.—Exige Carlos.
—¡Pero si yo no estoy hablando! Eres tú que andas de chismoso en mi cabeza.
—¡Carlos y James, ambos cállense!—Exclama Lucifer.
—Otro chismoso...—Ruedo los ojos y me cruzo de brazos.
—Si se pudieran callar se los agradecería.—Jake nos mira mal y le da un codazo a Carlos que se encuentra a un lado de él.
—¡Genial, todos a mi cabeza! ¿Quién sigue? ¿Inna?
—¿Yo qué?
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Averno: Los Cuatro Jinetes
Paranormal¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? ¿Le venderías tu alma al Demonio? ¿En quién confías? ¿Quiénes son ellos cuatro? ¿Por qué Dios no te escucha? Hay miles de preguntas sin respuestas concretas, sólo recuerda una cosa: Lucifer no siempre...