Capítulo 12: Sacrificios.

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Bella.

¿Qué es dolor?

¿Qué es tristeza?

¿Qué es miedo?

Necesito que alguien me diga que son esas malditas cosas y cómo le puedo hacer para no sentirlas.

Nunca pensé que después de haber muerto, podría volver a sentir alguna clase de emoción o sensación. Pero lo hice.

Sentí alegraría después de que me la habían arrebatado por completo, alegría por las constantes burlas de James.

Sentí admiración por el control del poder y el conocimiento de Carlos.

Sentí un profundo respeto por la sabiduría de Jake.

Sentí una lealtad interminable hacia Lucifer, por haber sido mi mentor y mi compañero en todo el trayecto de mi nueva vida.

Sentí pasión y deseo, por todo lo pecaminoso del averno. Principalmente por los príncipes.

Pero sobre todo, sentí amor después de haber amado y sufrido en el intento, amor hacia Inna.

Era feliz con esas emociones día con día, fui feliz durante más de un siglo. Pero las cosas han cambiado ahora, pues no hace poco descubrí otras emociones y sentimientos y no del ámbito positivo, sino todo lo contrario.

Como los que estoy experimentando en este preciso momento.

Los gritos de Inna hacen eco entre las paredes de la habitación. Sostengo su mano izquierda mientras que Lucifer sostiene la derecha. Su cambio nunca había sido tan doloroso como ahora, veo como sus huesos se rompen y vuelven a formarse una y otra vez en una especie de círculo vicioso.

—¡Mamá, duele!—Lloriquea y vuelve a gritar en cuanto el cambio vuelve a surgir.—¡Haz que pare, por favor!

Siento como algo caliente resbala por mi rostro, con mi mano libre toco mi cara y descubro que lo que estaba ,no eran nada más y menos que mis lágrimas.

Miro sorprendida e incrédula a Lucifer, él me mira de la misma forma e incluso creo que él está más desconcertado que yo, pues todos aquí sabemos una sola cosa que caracteriza a los demonios.

Los demonios no pueden llorar.

—¿Ma..mami?, ¿Estás lloran..do?—Inna está igual de sorprendida.—¿Cómo es eso...¡Ahh!

Su cuerpo se encorva hacia adelante y se retuerce del dolor, veo como poco a poco deja de ser mi niña de seis años a pasar a una de diez, doce, quince hasta los dieciséis. Ahí es cuando su cuerpo vuelve a su posición normal y ella cae rendida.

—Lucifer....

—Lo sé, su crecimiento avanzó de una forma...sin igual.—Se queda callado intentado hallar las palabras correctas, pero sé perfectamente lo que trata de decir. Limpio la última lágrima que sale de mí y acaricio la mejilla de Inna.

—Si ella sigue así...morirá, ¿no es así?

—En un año creció lo que debería de haber hecho en dieciséis, Bella. Si ella sigue así, en menos de seis años ella llegará a los casi seis años, no sabemos cómo tratar a alguien como ella.

Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora