Capítulo 30: Yo.

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Inna.

A pocas habitaciones, cerca de donde Tyler y yo nos vamos a quedar, escucho el grito de James maldiciendo a mi madre y, al par de gemelas, golpeando la puerta de Jake.

Mis sentidos están al límite, el estar en el infierno me pone así. Siento como si hubieran pasado meses desde la última vez que vine, pero sé que no ha pasado ni siquiera dos días.

Tyler duerme pacíficamente en la extensa cama, el golpe que sufrió al caer ya se ha desvanecido casi por completo, solamente es cuestión de esperar a que abra sus ojos.

Él suelta un quejido y hace que toda mi atención se enfoque en su persona. Me acerco a la cama y me recuesto a su lado, con una de mis manos acaricio su rostro y voy repartiendo pequeños besos.

—Tyler, amor...despierta.—Susurro levemente.

—Mmm...—Frunce el ceño sin abrir sus ojos.—¿Inna?

—Despierta, dormilón.—Beso sus labios y él lo profundiza al pasar sus brazos por mi cintura y subirme a su regazo.

Paso mis manos por su nuca y lo acerco más a mí.

—Quédate Inna...—Gruñe y hace que mi cuerpo entero tiemble.

—Aquí estoy.—Digo entre besos.—No me he ido a ningún otro lado.

Me separo un poco de él y ambos nos perdemos en los ojos del contrario

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Me separo un poco de él y ambos nos perdemos en los ojos del contrario. Un pequeño halo de luz dorada empieza a brotar de mi pecho y el de él, ambos lo vemos con fascinación mientras que éste nos rodea y nos encierra en una burbuja.

—¿Qué es eso?—Pregunta sin quitarle la vista.

—Nuestro vínculo.—Respondo de igual forma.—Tú, al estar vinculado conmigo, un ser mitad ángel, has sido como...¿bendecido?

—Sigo sin entender muy bien cómo es que eres un ángel y estás..aquí, junto a tu madre.

—Para que entiendas mi origen tendría que contarte una historia un poco complicada y siento que no la vas a creer o entender.

—Nuestra misma existencia es surrealista, déjame entenderte, juro que tendré la mente abierta.—Sonríe de medio lado y asiento lentamente.

—Esto se remonta a miles de años, no...—Niego con la cabeza.—Millones, cuando los universos se formaron, los planetas nacieron y la tierra tuvo vida...—Tomo silencio algunos segundos.—¿Tú crees en Dios?

Averno: Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora