Dos Hombres, Una Elección.

Los Angeles. II

¬¿Te gusta lo que ves?¬Me preguntó Trevor con un tono arrogante y al mismo tiempo tan sexy con esa voz que ahh... La había olvidado.

Todo en el me parece perfecto. Al ver que no le respondí continuó.¬Porque a mi realmente me gusta lo que estoy viendo. Cuando supe que compraste ese vestido, estaba realmente esperando que llegara el día de la boda para verte en él, e imaginar cómo iba a quitártelo.¬¿Cómo supo lo de mi vestido?. ¿Su corbata es del color de mi vestido, porque él ya sabía lo que me pondría?. No creo. No puede ser, ¿O si?. Si es así ¿Cómo?.Parecio leer las preguntas en mis ojos porque antes de que pudiera decir o preguntar algo, su voz ronca y masculina contestó a mis preguntas sin formular, en voz alta.

¬Cuando no regresaste a Prime el día que todos nos iríamos, me decepcione de no verte...¬Hizo una pausa al ver que sus palabras estaban causando una reacción en mi. Porque en verdad estaba demasiado confundida. No entendía a donde quería llegar.¬ Pensé que después de ese polvo rápido en el baño del restaurante. Uhm como decirlo.

¬Pues sólo dilo¬ Lo interrumpí con un hilo de voz que apenas sonó como un susurro, no estaba segura de si me escucho, pero en su boca se curvó una sonrisa, así que supuse que sí.

¬Como te decía, pensé que con eso mi atracción por ti terminaría, pero me equivoque porque ahora te deseo más que cuando mis ojos se posaron en ti, en esa pista de baile. ¬Sus ojos estaban llenos de lujuria, sus pupilas se dilataron mientras seguía hablando. Cada vez con un toque más pícaro en su voz. ¬Supe que vestido escogiste porque estaba allí cuando lo compraste y...

¬Espera, espera, ¿Me seguiste?¬ Lo interrumpí furiosa. ¿Es que ahora era un acosador o que?.

¬Me gustaría decirte que no y que estaba allí por casualidad, pero siendote sincero no es así, y sí, sí lo hice. No voy a disculparme, porque no lo siento Andrea. Te deseo y quiero follarte una y otra vez hasta que tu cuerpo ya no pueda más.¬Mi corazón cada vez latía con más fuerza y no estaba segura de si era por excitación o miedo de que todo este tiempo él me estuviera siguiendo. O tal vez eran ambas cosas.

¬No puedes ir por ahí siguiendo a la gente solamente porque la deseas. Eso es enfermo Trevor.¬No reconocí mi voz sonó demasiado vacilante.

Era obvio que eso no es lo que quería decir. Quería volver a besarlo, sentirlo dentro de mi. Estaba eufórica por saber que él siguió pensando en mi. Joder hasta me siguió y su corbata era un indicio de que no fue casualidad. Él de verdad me desea.

¬No trates de luchar contra ti misma. Eso ni tu lo crees. ¿Te excita no es así?. Te gusta que te haya seguido. ¬ Esto último no fue una pregunta, fue afirmación. Cabrón arrogante.

Sonreí. No puedo creer la conexión que tenemos aún sin conocernos. Me pregunto, ¿Qué pasaría si...?. No Andrea eso es una estupidez. Para.

¬Eso quisieras tú. ¬ Le conteste de la forma más fría y desinteresada que fui capaz de mostrar.

Y parece que funcionó. Sus ojos se oscurecieron. ¿Estaba enojado?, ¿Decepcionado quizá?. O ambas. Pasaron tantas emociones por sus ojos que no reconocí, porque así como llegaban se iban, y él volvió a poner cara de póquer. No sabía que estaba pensando. Abrió la boca para decir algo y con la misma velocidad la cerró. Se dio media vuelta y salió del baño.

¬¡Mierda, mierda, mierda!¬ Susurre en voz baja.

No quería que se fuera. Quería que se quedará y me follará como había hecho en Pachuca. Después de haber estado con él ya no me atrevía a estar con nadie más. Sabía que dejó el listón bastante alto para quien quisiera estar conmigo. Nadie antes de él había sido capaz de provocarme un orgasmo, ni siquiera yo.