Segundo Adiós de Trevor.

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(...)

Desperté sintiendo algo mojado entre mis piernas, sentía como succionaba, lamía, mordía con delicadeza mi sexo y... ¿Qué?.

¬¿Qué rayos...?. ¬Murmure con la voz ronca de recién despertada.

Vi hacía abajo y tenía a Trev metido entre mis piernas, no pude evitar enredar mis dedos en su sedoso cabello.

¬¡Dios! ¡Eres todo un...! ¡Ahmm!. ¬Gemi. ¬Trev...Trevor. ¬Susurre su nombre en un gemido llegando a mi clímax.

¬¿Te gusto preciosa?. ¬Me pregunto con voz ronca, sexy y juguetona mientras se lamía de sus labios los jugos de mi sexo.

Una imagen demasiado erótica...

¬No te he perdonado si eso es lo que quieres saber. ¬Le dije tratando de ocultar una sonrisa.

¿Enserio? ¿Quiere saber si me gusto? Pues claro, me encanto, nadie como él para llevarme al limbo, a esas sensaciones únicas que no se ni como describir...

Pero, no se lo diré, eso solo alimenta mas su ego.

¬Vamos... ¿Sigues molesta?. ¬Se incorporó poniéndose a un lado de mi.

Nos quedamos en silencio durante algunos segundos viéndonos a los ojos. Él recargado sobre su hombro izquierdo y yo sobre mi hombro derecho, recostados de lado, cara a cara. Es como sin decir nada pudiésemos compartir mucho más.

¬No es que este molesta Becket, es solo que... Realmente no se nada de ti y tu sabes todo de mi. ¬Automáticamente se puso tenso al escuchar mis palabras. Porque si, sabe a dónde se dirige esta plática que tantas veces hemos dejado inconclusa y no por mi, sino, por él.

¬Ya hemos hablado de eso. ¬Me respondió tajante evadiendo mi mirada.

¬Lo sé, por favor mírame cuando hablamos.

¬Sabes que no me gusta hablar de mi vida.

¬¿Por qué?

¬¡PORQUE NO, Y YA!. ¬Se está comenzando a molestar, lo sé.

¬¿Algún día sabré algo sobre ti?.

¬Sabes lo importante, conoces a mi hermana, sabes como me llamo, cuantos años tengo y...

¬Sí, ya sé. ¬Lo interrumpí. ¬Pero, no estoy segura de que esas sean todas las cosas importantes. Son las básicas, si. A excepción de Joana, claro, porque sé que ella es lo más importante para ti, pero, ¿Y tus padres?. ¬Nunca antes le había preguntado por ellos, sus ojos se humedecieron y su mandíbula se tenso.

¬No quiero hablar. ¬Me dijo dándome la espalda. ¬Hasta mañana.

No pensé que fuera algo que lo afectará tanto, me duele cada vez que se cierra, he perdido la esperanza de tener algo con él, algo bien. Pero, eso no quita que me preocupe por él y que lo quiera como lo quiero desde que lo conocí. Y sí, se que es una total locura decir que quieres a una persona desde el día que lo conoces, ¿Pero, no les ha pasado que conocen a una persona y sienten que la conocen de algún otro lugar? ¿Otra vida quizá?... Bueno, pues eso es lo que siento cada vez que estoy cerca de él o que lo veo a los ojos. Es como si ya nos conociéramos, como si sólo hiciese falta vernos a los ojos para saber todo el uno del otro. Pero las cosas no funcionan así, aunque si bien hay cosas que no se puedes decir con palabras, hay otras que para conocerse se tienen que expresar hablando.

Me acerque a él abrazándolo por la espalda, está temblando y, creo que llorando.

¬¡Tranquilo cariño! Perdón por presionarte, se que dije que no lo haría, es solo que... A veces me desespera y me duele no saber nada de ti y...

Dos Hombres, Una Elección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora