¿Vegetariano?

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❤ Maratón 4/5❤ 

—¡Soy el rey del mundo! —grito Jack.

Al parecer a Jack y a Anna se les habían pasado las copas y ahora se encontraban completamente ebrios. Jack se había subido al techo de su camioneta extendiendo sus brazos mientras repetía la frase de esa película.

—¡Jack, baja de ahí! —ordenó Jaime.

Anna ríe como loca al verlo, mientras que Jaime también se sube al techo para alcanzar a su hermano mayor.  Bajándolo con dificultad, Jack con una sonrisa se agarra de su hermano para evitar caerse.

—Jaime, Jaime, Jaime —Repetía pasando su brazo alrededor de los hombros de Jaime—. Yo te quiero mucho. Es más tú eres mi mejor amigo, hasta te considero como mi hermano.

—Soy tu hermano —respondió, abriéndole la puerta del automóvil a Jack, sentándolo en el asiento trasero—. Ahora por favor quédate quieto.

Jack se queda sentado unos segundos antes de caer lentamente hacia atrás, quedando al parecer dormido. Jaime se acerca a mí para ayudarme con una Anna que apenas se podía mantener de pie.

Su brazo estaba encima de mis hombros mientras yo había pasado mi brazo alrededor de su cintura, evitando que cayera.

—Mejor acomódalo primero —sugerí, señalando con mi cabeza a Jack—, porque no creo que, Anna, se pueda sentar junto a él.

Jaime voltea a ver a su hermano acostado en el asiento trasero. Como mejor puede hace que se siente para dejarle un espacio a Anna.

—¡Listo! —anunció. Camina otra vez hacia nosotras tomando de la cintura a Anna—. Con cuidado.

Anna sonríe como idiota cuando Jaime la ayuda a entrar a la camioneta, sentándola a un lado de un Jack que estaba completamente dormido.

—Gracias —Sus manos toman las mejillas de Jaime, atrayéndolo a ella para besar la punta de su nariz—, lindo.

Jaime delicadamente aparta las manos de mi hermana, dejándolas sobre su regazo. Puedo ver sus mejillas rojas por el beso que le dio Anna.

—¿Nos vamos? —inquirió con su cabeza agachada.

—Sí, por favor —Jaime se apresura a abrirme la puerta del copiloto—. Gracias.

Él se apresura a subir al asiento del conductor; empezando a alejarnos de la casa de Rapunzel, la cual aún estaba llena de mucha gente bailando o gritando por lo ebrios que estaban.

En todo el camino tuve que decirle a Jaime por donde irse para llegar a mi casa.

—Gracias, por ayudarme a traerlos. —digo, cuando nos detenemos en un semáforo en rojo.

—No es nada, además ese idiota es mi hermano —Señala a un Jack que dormía sobre el hombro de mi hermana—. No es justo que cargaras tú sola con ellos dos.

—Aun así lamento que no hayas podido acompañar a, Merida.

Al ver que Jack y Anna ya estaban completamente ebrios quería traerlos a la casa antes de que hicieran algo estúpido. El primero en ofrecerse en ayudarme fue Hiccup, pero no podía ya que había venido en moto y no quería dejarla en la casa de Rapunzel; así que el segundo en ofrecerse fue Jaime. Que no quería dejar que regresara a su casa sola Merida, pero después de que Hiccup se ofreciera a acompañarla se quedó más tranquilo.

—No te preocupes —dijo, empezando a poner el automóvil en marcha—, mañana hablaré con ella. Además estoy seguro de que, Hiccup, no dejaría que le pasara algo malo.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora