Perdóname hermana

1.7K 156 138
                                    

En todo el viaje de regreso a casa no nos dijimos ni una sola palabra, no sabía si era porque no teníamos como empezar la conversación o porque tal vez no sabíamos que decirnos después de lo que había pasado. «Este es el día más largo de toda mi vida».

—¿A dónde vamos? —pregunté cuando vi que no se detuvo frente a mi casa y que siguió más adelante: llegando a un parque—. ¿Qué estamos haciendo aquí?

—Lo más seguro es que, Anna, este en la casa —Apagó el motor, quedando en completo silencio.

Mis manos se aferran al bolso que esta sobre mi regazo, no sabía cómo debía iniciar un tema de conversación y tal vez él tampoco sabía cómo empezar a decirme que fue lo que paso.

Dejo de mirar mi bolso al ver que Jack sale del automóvil, cerrando la puerta detrás de él; mi mirada lo sigue hasta que veo que se deja caer debajo de un árbol, sentándose el césped: mirando a unos niños que se columpiaban.

Hago lo mismo que él y salgo, dejando mi bolso sobre mi asiento. Con timidez me acerco hasta donde esta, sentándome a su lado; las ramas del árbol nos cubrían de los rayos del sol, mientras el aire soplaba haciendo que mi cabello se despeinara y tapara mi vista, aparto con mi mano el cabello que tapaba mis ojos.

—Le dije que quería que termináramos —comenzó a decir—, pero no lo acepto. Y ahora ella creé, que solo nos estamos dando un tiempo —Sus codos los recarga sobre sus rodillas, viéndose tranquilo al hablar de eso conmigo—. Pero para mí, lo nuestro ya se acabó. De hecho, creo que se acabó desde hace mucho tiempo.

Recargo mi espalda en el tronco del árbol. Ninguno dice nada más y solo nos quedamos en silencio, viendo a los niños jugar felizmente. «A veces me gustaría volver a ser una niña que no tenía ninguna preocupación».

—Me pidió que le diera tiempo para demostrarme que podía cambiar —dijo después de unos momentos en silencio—. Que si veía que ella estaba cambiando yo iba a regresar con ella.

—¿Y si no?

—Aceptaría que terminamos y me dejaría ir.

—¿Entonces todo esto fue por mi culpa? —pregunté agachando mi cabeza.

—No, no fue tu culpa —Su mirada la quita de los pequeños para ahora verme a mí—. Yo ya quería terminar con ella —confesó—, creo que cuando la vi gritarte, fue cuando me di cuenta que ya no quería estar a lado de una persona que no te respetaba o que al menos debería valorar lo que tú hace por ella.

Anna sabía que yo me mataba trabajando y soportando miradas de hombres, solo para poder llevar dinero a la casa y ayudar a mi madre a pagarle su universidad. Pero ella nunca me lo va a agradecer y tampoco se va a dar cuenta como lo había hecho Jack.

—No lo hago para que me de las gracias —expliqué con una sonrisa falsa—. Creo que es mi deber como hermana mayor, ayudarla en lo que yo pueda.

—¿Incluso en ayudarla a esconder a otro tipo? —Mis ojos se abren como plato al oírlo y estoy segura que deje de respirar—. Sabía que me estaba engañando con otro.

Mi ceño se frunce al oírlo. Todo este tiempo yo había creído que él no lo sabía y que por eso seguía con ella... Pero entonces sí él sabía de la infidelidad, ¿por qué siguió con ella?

—¿Co- como lo supiste? —titubeé—. ¿Ella te lo dijo?

Con una sonrisa él se deja caer a mi lado: acostándose en el césped y dejando su cabeza sobre mis piernas, sus ojos los tenía cerrados y suspiro antes de hablar.

—Me di cuenta cuando regresé del viaje. Yo iba llegando, y vi a ese tipo colocándose sus zapatos en tu pórtico, y por si fuera poco le había visto un chupetón en el cuello a Anna. Y aunque trato de cubrirlo con maquillaje, era muy obvio —explicó—. Por eso es que tardo en bajar ese día, y pensé que tal vez ella te había amenazado con algo, y que por eso tú habías dicho que yo no te importaba.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora