Aléjate

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❤Maratón 3/5❤

Miro unos segundos más a la chica que esta dormida sobre mi cama. Su cuerpo viste el mameluco que le di, su cabello despeinado cubre en su totalidad la almohada que tiene debajo, a su lado esta Olaf durmiendo, ella lo abraza como si fuera un peluche haciéndola lucir como una niña.

Silenciosamente saco mi celular de mi pantalón, me aseguro de apagar el sonido de la cámara antes de tomarle una foto a los dos. Pongo la foto como fondo y mirándolos unos segundos en la pantalla del teléfono veo la hora, viendo que eran las seis de la mañana.

Bloqueo y guardo mi teléfono, tomo de mi armario dos maletas vacías antes de salir del departamento sigilosamente, llamar al asesor y cuando este llega bajar hasta el estacionamiento. Doy los buenos días al portero que me abre la puerta del estacionamiento, saliendo hacia aquella casa que conocía perfectamente.

Estaciono a mi amada "cuatro" delante de la casa que se encuentra con todas las luces apagadas como si no hubiera nadie dentro. Al salir un viento frío envuelve mi cuerpo obligándome a subir el cierre de mi sudadera, tomo de la cajuela las dos maletas, yendo hasta la puerta principal y abrirla con el duplicado que Anna me había dado.

La casa estaba a oscuras. La neblina de afuera y el hecho de que el sol aún no salía hacia más difícil el poder ver. Guiándome por lo que conozco de la casa subo hasta la habitación de Elsa, no me pasa desapercibido que la puerta de la habitación estaba abierta, extrañado por eso entro para quedarme totalmente sorprendido.

La habitación de Elsa era un desastre: La cama ya no tenía el colchón puesto, las luces que le había obsequiado parecía que Anna las había quitado y se había encargado de pisarlas dejando los cristales de lo que alguna vez fueron unas estrellas en el piso, el computador que estaba sobre el escritorio estaba destrozado, la pantalla estaba en el piso totalmente destrozada, el teclado estaba partido a la mitad y le faltaban varias teclas.

Sin importarme enciendo la luz de la habitación notando que los cuadernos de Elsa están rasgados, no había dejado una sola hoja, los sobres que tenía sobre el escritorio están rotos, y lo que parecía una foto mía también estaba destrozada. Dejo las maletas en el piso para ir hasta la foto, juntando los pedazos y viendo que era la que Elsa me había tomado el día de su cumpleaños.

Encima de su escritorio en donde estaba una repisa con cuadros, peluches y la cámara que Adrien le había dado estaba vacía. Al mirar por toda la habitación localizo la cámara a un lado del closet, parecía que se había roto, el oso de Rilakkuma seguía intacto, al parecer ese solo lo había arrojado cerca de la cámara.

Niego con la cabeza al ver en el monstruo que se había convertido Anna. Enfurecido abro la puerta del closet empezando a meter en una de las maletas la ropa que Elsa había dejado el día de ayer, no me pasa desapercibido el sonido de una puerta abrirse.

—¡¿Quién está ahí?! —No me molesto en responder su pregunta y solo sigo guardando la ropa, escuchando sus pasos cada vez más cerca—. ¡¿Jack?! —gritó cuando entró a la habitación con uno de sus perfumes en la mano—. ¿Qué haces aquí?

Sin responder su pregunta sigo guardando la ropa de Elsa mientras mira con detalle todo lo que hago, al tener una maleta llena la cierro para ahora abrir la otra y meter la poca ropa que me quedaba. Camino por toda la habitación para ver que no esta roto para poder llevármelo, siendo la cámara, el oso de Rilakkuma y otro oso de peluche blanco.

—Lo siento, perdí el control y lo destrocé todo. —ha reconocido en voz baja.

De nuevo ignoro sus palabras y guardo dentro de la maleta esos dos peluches y la cámara. Levanto ambas maletas del piso mirando una última vez la habitación y cerciorarme que no dejé algo que valga la pena.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora