Siento mis ojos pesados al momento de abrirlos, mi garganta ya no me ardía tanto cuando pasaba saliva, ya no temblaba e incluso sentía que mi temperatura había bajado.
Mi entrecejo se frunce cuando me doy cuenta que estoy en una habitación que nunca jamás había visto. Las paredes de color gris no tenían ningún cuadro o algo para adornarla solo había una gran ventana que me dejaba ver el hermoso atardecer.
Miro toda la habitación; estaba acostada sobre una cama matrimonia y no estaba sola, también estaba Olaf dormido a mi lado; su barbilla la recargaba en mi estómago y respiraba con tranquilidad. Al parecer solo estábamos nosotros dos solos y sin poder evitarlo lo despierto cuando trato de enderezarme haciendo que el mueva su cola y lama mi mejilla.
Una pequeña toalla húmeda cae sobre mi regazo, haciéndome extrañar al sentirla aun mojada como si alguien la hubiera puesto hace poco sobre mi frente.
—¿Dónde estoy?
Lo único que había en esta habitación era una cama, una ventana, dos puertas y un closet. Todo era de color gris o negro «incluyendo el edredón, las almohadas y las sabanas».
Mi entrecejo se frunce cuando me doy cuenta que mi uniforme había desaparecido y ahora llevaba puesta una sudadera azul con escarcha en el cuello y en las mangas la reconozco casi al instante. Era de Jack.
—¿Pero qué?
Me cercioro que debajo de la sudadera llevara algo puesto y así fue. Llevaba una playera blanca que no reconocía como mía, me quedaba tan grande que casi la podía usar como vestido. Aparto el edredón de mi cuerpo para ver que debajo usaba un pantalón deportivo negro, me quedaba tan grande que podía utilizarlo también para tapar mis pies.
No sabía que estaba pasando, no sabía dónde estaba, pero si sabía que alguien me había desvestido y me había visto en ropa interior ya que mi brasier y mis bragas seguían en mi cuerpo.
Me levanto de la cama sintiéndome mareada al momento pero mi curiosidad de saber dónde estaba era más grande que mi enfermedad. Al abrir la puerta Olaf sale corriendo como si conociera este lugar a la perfección.
Lo primero que me encuentro al salir es un pasillo solo, en el solo había tres puertas, dos en frente de la habitación y una del lado izquierdo que parecía que era la de la entrada. Al final del pasillo podía ver los rayos del sol entrar desde los ventanales, en frente de ellos había una sala modular gris y encima de ella estaba acostado Olaf.
Al igual que en la habitación el pasillo no tenía ningún cuadro, alguna foto o algo para que no se viera tan vacío, incluso el piso era de una madera oscura. No había nada de color en este lugar.
Al caminar llega a mis oídos la canción "Wonderwall de Oasis". Al asomar mi cabeza me doy cuenta que estaban pasando el vídeo en la televisión en uno de esos programas en donde solo pasaban vídeos musicales.
—Ya te dije que debió haberse ido a trabajar.
La puerta del refrigerador está abierta y me tapa el rostro de la persona que había dicho eso.
—La desperté y me dijo que iría a trabajar —explicó cerrando la puerta. Dejándome ver a Jack al teléfono—. Sí, aún enferma ella se fue a la hamburguesería.
Parece que él aún no se da cuenta que estoy parada a un lado de él ya que su mirada estaba fija en la manzana roja que estaba cortando. Su celular lo sujetaba con ayuda de su hombro ya que sus dos manos las tenía ocupadas.
Vestía un suéter negro, las mangas las tiene arremangadas y lleva un pantalón de mezclilla.
—De acuerdo, adiós —Finaliza la llamada apretando algo en la pantalla de su celular—. ¿Ya te sientes mejor? —La pregunta me toma por sorpresa ya que yo creía que él no había notado mi presencia—. Te delató él. —explicó, señalando con su pulgar hacia atrás donde estaba Olaf acostado.
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Querida Elsa:
FanfictionA veces solo necesitas esperar a que llegue la persona que hará que olvides... Tu pasado