El tiempo con él

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Los días pasaron con rapidez y sin darme cuenta el mes que Anna me había pedido llegó finalmente a su fin y ahora debía encontrarme con ella en el hospital. Leo ese mensaje una, dos, tres veces y sin embargo no puedo entender cómo es que ella sigue aferrándose a la idea de hacerme esa prueba, era claro que yo no era el padre de ese niño.

«Te espero en el hospital a las cinco.»

Ese mensaje que no hacía más que atormentarme desde esta mañana no hace más que hacerme estar ansioso por lo que llegara a pasar si Elsa, se enterara que hoy debía verme con su hermana para hacerme una maldita prueba de paternidad. Acerco mi dedo hasta la opción de eliminar el mensaje.

Entro a mi departamento siendo recibido por Olaf y Elsa, quien llega corriendo a mi encuentro para darme un fuerte abrazo, mientras mi cariñoso perro se coloca en dos patas, como si él también me hubiera recibido con un abrazo. La abracé lo más fuerte que puedo cuando me doy cuenta que este sería el día que podría cambiar nuestro destino.

—¿Cómo te fue hoy en tu entrenamiento? —preguntó, haciendo su cabeza hacia atrás para poder verme a los ojos.

—Bien —Dejo un pequeño beso sobre sus labios, dejando caer mi maleta al piso para rodearla con mis dos brazos—. ¿Y a ti? ¿Qué tal tu mañana?

—¡Muy bien! —Se separa de mí para poder tomar mi mano y guiarme hasta la cocina—. Preparé galletas.

Miro que sobre un hondo plato había unas galletas que tenían forma de corazón y en el centro había un círculo rojo que podía distinguir como mermelada. Elsa toma el plato para brindarme una galleta, la cual tomo disfrutando casi al instante del delicioso sabor.

Ella no dejaba de hacer que la amara más, con cada detalle, con cada cosa que hace para mí, con sus cuidados y preocupaciones. Sin duda, Elsa era lo mejor que me había pasado, y no iba a permitir que un error o una necedad por culpa de Anna lo arruinara, yo no iba a permitir que esto se acabara tan pronto.

—¿Estas bien?

Le sonrío asintiendo con mi cabeza, jurándome que cuando los resultados de la prueba dieran negativos le contaría que su hermana trató de separarnos fingiendo que estaba embarazada de mí. Haría que la venda que tiene sobre sus ojos cayera y se diera cuenta del tipo de persona que es en realidad Annabelle.

Tomo una ducha rápida cuando me doy cuenta que ya debía verme con Anna, tomo lo primero de mi armario tomando, unos jeans, una playera blanca y unos tenis. Tampoco iba a arreglarme tanto para ver a mi ex novia que estaba totalmente loca.

—¿Vas a salir?

—Sí —respondí, tomando mi celular de la mesita de centro—. No tardaré.

Veo a Elsa sentada sobre la sala, sobre su regazo esta la cabeza de Olaf quien también me mira tranquilo todo lo que hago, ambos dejan de prestar atención a la televisión para mirarme. Noto que Elsa frunce su ceño sin entender a donde iba, pero si era honesto, no tenía animo o imaginación de inventarme algo. Solo me acerco hasta ella dejando un beso sobre sus labios y salir con grandes zancadas del departamento.

El camino parece ir lento, como si hubiera un gran tráfico que me impedía llegar, mis manos sudan cuando me aferro al volante cada vez que veo que mi destino está cada vez más cerca. Trago con pesadez, estaciono mi camioneta en un lugar vacío y salgo dirigiéndome hasta la entrada del hospital.

Varias personas que estaban sentadas, esperando una respuesta positiva por parte de los doctores no hace más que ponerme incluso más nervioso, juego con las llaves de mi auto y casa, tratando inútilmente de calmarme cuando de entre todas esas personas veo esa cabellera naranja, sentada mientras acaricia su vientre.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora