El pasado

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Maratón 1/5 ❤

Mis ojos pesan cuando trato de despertar y aun así es posible que los abra por completo cuando me percato que una vez más estoy en la habitación de Anna, dormido a su lado completamente desnudo. Mi mirada la recorre haciendo que también me dé cuenta que ella también está desnuda.

Llevo una de mis manos a mi frente tratando de recordar que había pasado la noche anterior y solo puedo recordar el beso que le robó Aster a Elsa, la pelea y después de eso nada. No recordaba cómo había llegado a la casa de Anna, cuando yo estaba en la mía.

—Buenos días. —dice con voz débil.

—¿Por qué estoy aquí?

—¿No lo recuerdas? —Rápidamente respondí negando con la cabeza—: Ayer llegaste totalmente ebrio y te abalanzaste sobre mí. Y bueno, dejé que hicieras conmigo lo que quisieras y lo que quisiste fue hacer el amor.

Recuerdos borrosos llegan a mi mente: Puedo recordar que había subido a mi camioneta dispuesto a esperar a que Elsa llegara a casa, Mavis había tratado de detener que condujera ebrio, y aun así ella no pudo retenerme mucho tiempo. La imagen de Anna abriendo la puerta la recuerdo, pero después de eso todo era borroso.

Mi cabeza duele cuando trato de recordar lo que sucedió anoche y sin embargo puedo recordar la escena de Anna, subiéndome a su habitación y dejándome caer a la cama antes de que yo cayera profundamente dormido.

Era imposible que yo hubiera tenido relaciones con ella, no tenía la fuerza para tan siquiera levantarme, estaba completamente seguro que yo me había quedado dormido y que ni siquiera la había tocado. Ella mentía.

—Mientes —digo, y ella me mira con una expresión de angustia al darse cuenta que yo no creía lo que me decía—. Ayer yo me quedé dormido y no hicimos nada.

—¿Y entonces como explicas que estamos los dos desnudos en mi cama?

—Tú dímelo.

Ella se queda callada agachando su cabeza, puedo notar que muerde su labio inferior como si estuviera nerviosa o aterrorizara. Sin esperar un minuto más tomo mi ropa del suelo, colocándome mis bóxers y seguido mi pantalón. Anna ladea levemente su cabeza para ver lo que hacía.

—Extrañaba tu cuerpo.

—Quiero que te quede clara una cosa —dije. Tomo del suelo mi camisa colocándomela y empezar a abotonarla dejando los primeros dos botones abiertos—. Entre tú y yo no pasó nada.

—¡Claro que sí! —gritó golpeando con su puño la cama—. ¡No puedes venir aquí y hacerme el amor para luego decir que no pasó nada entre tú y yo!

—¡Por qué no pasó nada! —Esta vez fue mi turno de gritar—. Puede que esto de aprovecharte de mí estando ebrio te funcionara una vez, pero esta vez estoy seguro que no te toqué.

—¿Cómo puedes decirme eso? —Se levanta de la cama envolviendo su desnudo cuerpo con el edredón, aferrando sus dos manos a su pecho para evitar que cayera—. Ayer...

—Ayer estaba muy ebrio, pero de algo si estaba seguro —Tomo del suelo mi saco colocándomelo una vez más—: Es que a ti sería a la última persona que yo volvería a tocar.

Anna muerde su labio con fuerza, sus ojos comienzan a cristalizarse y cuando estoy listo para ver la primera lágrima resbalar, mi celular suena, llamando mi atención y obligarme a tomarlo del buró que estaba a mi lado. Mis ojos se abren por completo al ver de quien era el mensaje.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora