Regalo

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❤ Maratón 3/6 ❤    

—¡Qué asco! —Rapunzel arrojó a la mesa la cuchara que ahora ya no tenía una sola pizca de mostaza—. ¡Sabe horrible!

Saca su lengua, dejándonos ver que era de color amarillo. Eugene se apresura a ir a la cocina y darle a su novia un vaso con agua. Rapunzel bebe todo el líquido.

—¡Reto cumplido! —gritó Merida—. Ahora el siguiente.

La botella vuelve a girar, señalando a Jaime.

—Tu reto es... —Merida mira su celular y después lo mira a él con una sonrisa—. Debes dar ochenta vueltas y correr por todos lados sin caerte.

Jaime se levanta de la silla y se queda en medio de la sala. Comienza a dar las vueltas tan rápido que incluso me sentir mareada con solo verlo; al terminar solo alcanza a dar dos pasos antes de caerse al piso. Todos ríen, «menos Adrien y yo».

Me levanto de mi silla, camino hasta él y lo tomo del brazo para ayudarlo a levantarse. Jaime mueve su cabeza en forma circula, mientras trata de controlar sus nauseas.

—¿Estas bien?

—Eso creo —respondió llevando una de sus manos a su cabeza—. Necesito usar tu baño.

—Arriba, la puerta de la derecha.

Jaime sube llevando una de sus manos a su estómago. Al escuchar la puerta del baño cerrarse: regreso a mi silla, sentándome en medio de Adrien y de Jack. Merida tratando de controlar su risa, vuelve a tomar la botella, haciéndola girar y señalar a Eugene.

—Tu reto será... —Su expresión divertida desaparece al ver lo que decía su celular—. ¡Que aburrido! Debes cargar a tu pareja como si estuvieran de luna de miel, y llevarla hasta una cama.

—¡Sencillo!

Sin darle tiempo a mi amiga de tan siquiera pararse de su silla, pasa uno de sus brazos debajo de sus rodillas y el otro envuelve su espalda, ambos suben por las escaleras mientras mi amiga ríe como una niña enamorada.

—Esos ya no van a regresar. —comentó Jack.

Merida se levanta de la silla y rápidamente va arriba de las escaleras; solo un par de minutos y ya estaban bajando Eugene, Rapunzel, Jaime y Merida. Todos regresan a sus asientos, y no puedo evitar reír al ver los labios de Eugene, tan rojos por besar a Rapunzel.

Merida con mala cara vuelve a hacer girar la botella; señalándome ahora a mí.

«No, no, no...».

—No te preocupes, te daré un buen reto —dijo Merida, guiñándome un ojo. Su mirada baja a su celular y una sonrisa malvada sale de sus labios—: Tu reto será... sentarte en el regazo de la persona que esta sentada a tu lado izquierdo y no te debes levantar hasta que el juego termine.

—¿Estás segura qué no dice que debe ser con el jugador que está sentado frente a ella? —preguntó Hiccup, tratando de ver la pantalla del celular de Merida.

—Muy segura, pervertido.

Ninguno de mis amigos se había negado a hacer un reto, y dudo mucho que Merida, me deje elegir no hacerlo. Suspiro levantándome de la silla, todas las miradas están puestas en mí; pero las que más siento son las de Anna y Adrien, que no dejaban de observar cada uno de mis movimientos.

—¿Pu-puedo? —tartamudeo señalando hacia su regazo.

—Claro. —respondió empujándose con su silla hacia atrás: dejándome espacio suficiente para poder sentarme.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora