Estoy enamorada

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Mi cabello golpea mi cara cuando mi cuerpo gira e impacta contra el pecho de Dru. Él me sonríe tomando mi mano mientras la otra toma mi cintura; nuestros cuerpos comienzan a moverse de derecha a izquierda. Sonrío al sentir como mi cuerpo comienza a sudar por bailar tan rápido con él. Su cabello rubio esta alborotado que no me deja ver su rostro, solo puedo distinguir su gran sonrisa y su respingada nariz salir de detrás de algunos mechones.

Mi mirada deja de ver el rostro del hombre que esta frente a mí para poder ver que detrás de él esta Adrien bailando con Anna y a un lado de ellos esta Jack bailando con Emma que no deja de mirar a Hiccup: el cual estaba bailando muy cerca de Merida. Jaime también los mira mientras baila con Rapunzel, ella parece estarle hablado de algo, pero él no parece estar escuchándola.

Todos aplaudimos cuando la canción termina y comienza una nueva, le sonrío a Dru, prometiéndole que bailaré con él en unos minutos. Solo quería descansar unos momentos: ya que sentía que mis pies estallarían por culpa de los tacones.

Camino lentamente hacia la mesa en donde solo estaba Eugene sentado mientras devoraba lo que había en su plato.

—¿Qué tal esta la comida? —pregunté sentándome a su lado.

—Deliciosa —respondió con la boca llena—. Es la mejor pasta que he probado en mi vida.

Sonrío al ver como mete a su boca lo último que queda de pasta. Su espalda la deja recargada sobre el respaldo de la silla, viéndose completamente satisfecho; aparto mi mirada de él, viendo hacia la pista de baile: viendo ahora a Jack bailar con Rapunzel, Anna con Hiccup, Jaime con Merida y Adrien con Emma, quien le sonreía como si fuera un viejo amigo y él parecía que le hablaba como si la conociera de hace varios años.

«Había olvidado lo fácil que es para él hacer amigos...»

—¿Por qué no estas bailando?

Dejó de mirarlo para ver al chico de ojos cafés hablarme; sus brazos los tiene cruzados frente a su pecho, mientras me mira con una de sus cejas arqueadas.

—Necesitaba descansar un momento mis pies.

Eugene asienta con su cabeza como su respuesta, suspira antes de ponerse de pie y brindarme su mano.

—Ya descansaste. ¿Así qué bailarías conmigo?

Le sonrío tomando su mano y dejando que sea él quién me guíe por la pista de baile. Una canción electrónica estaba comenzando a sonar por todo el lugar; Eugene suelta mi mano, quedándose parado frente a mí, su cuerpo comienza a moverse dando grandes brincos, mientras que yo solo sonrío al verlo bailar y tomando con mis manos el largo de mi vestido comenzando yo también a brincar al ritmo de la música.

Hace mucho tiempo no me divertía tanto y si alguien hace seis años me hubiera dicho que el día de hoy iba a bailar con diferentes hombres, yo jamás les hubiera creído. Ahora no podía borrar de mi rostro la gran sonrisa que tenía desde que le había dicho a Jack que lo amaba.

Eugene mira como cada vez brinco más alto y con una gran sonrisa sus manos toman las mías, haciéndome soltar mi vestido, empezando a mover nuestros brazos de derecha a izquierda como si fuéramos unos niños que estaban jugando. Una fuerte carcajada sale de mi boca al verlo hacer caras graciosas para que yo ría —cosa que logro con gran facilidad— y al verme reír tan fuerte él también lo hace.

No me había dado cuenta que Eugene era uno de mis mejores amigos: hasta en este momento que noté que también con él me sentía cómoda y feliz siendo yo misma.

Cuando la canción terminó nuestras respiraciones estaban agitadas y de nuestros cuerpos comenzaban a resbalar gotas de sudor.

—Todavía te falta aprender del maestro del baile. —bromeó Eugene.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora