Un secreto de Jack

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❤ Maratón 5/5❤ 

Su dedo índice y medio están sobre sus labios, sus ojos los tiene sobre la pantalla de su celular, mirándola con detenimiento. Su hamburguesa sigue intacta envuelta en ese papel que tenía el nombre Weselton's.

Su mirada lentamente la quita de la pantalla de su celular para ahora verme. Dándose cuenta que lo miro sin ninguna discreción; él viéndose incomodo por mi mirada tan fija vuelve a mirar hacia el frente.

—¿Tengo algo en la cara? —preguntó, volteando su cabeza hacia donde yo estaba.

—No —respondí sin dejar de mirarlo—. Nada.

—¿Entonces por qué me miras tanto? —Sus antebrazos los recarga en la mesa para poner toda su atención en mí—. No me has quitado la mirada de encima desde que entre.

Eso era cierto: no podía quitar la mirada de encima de él, quería ver si de verdad él no iba a comer su hamburguesa. Y ahora que lo veo solo comer sus papas fritas y beber su soda, pienso que Jaime tenía razón. Ahora si estaba segura que jamás lo había visto comerla.

—Solo me preguntaba porque no has tocado tu hamburguesa.

Puedo ver que traga pesado por escucharme. Su cabeza la baja a la charola que ya estaba casi vacía, de no ser por la hamburguesa que seguía intacta.

—Es solo que... —Voltea su cabeza para mirar hacia la ventana, viendo el estacionamiento, en donde solo estaba su camioneta y el auto de Kristoff estacionados—. Voy a ir a entrenar y... la quiero dejar para cuando termine.

Arqueo mi ceja al verlo por primera vez nervioso. No sabía cómo se veía él cuándo estaba mintiendo, pero estaba segura que se vería como lo está ahora.

—Bueno, gracias por la comida —dice, levantándose de golpe de su silla—. Nos vemos en la noche.

Toma con sus manos la hamburguesa y su celular, saliendo casi corriendo del local, haciendo sonar la campana que estaba arriba de la puerta al momento de empujarla.

Mi mirada lo sigue, hasta verlo entra a su camioneta, empezando a alejarse.

Sin darme cuenta salgo del mostrador para poder acercarme a la ventana y poder cerciorarme de que él se vaya.

Él frena frente a un callejón que estaba a solo unos pasos de distancia, saliendo una vez más de su camioneta. Puedo ver que del asiento trasero saca su maleta, colgándola en su espalda como hacia siempre, volviendo a caminar hasta perderlo de vista cuando entra al callejón.

¿Pero qué diablos está ocultando?

No lograba verlo y eso hacía que mi curiosidad creciera cada vez más.

Volteo para ver si no estaba mal que dejara la hamburguesería solo un momento, y al parecer no. Jack era el único cliente que habíamos tenido y ahora ya estaba completamente vacío el local. Kristoff estaba en la cocina, Merida estaba en el baño tomando seguramente una siesta y Rapunzel había salido a comer con Eugene.

Solo será un minuto y regreso.

Después de pensarlo varios segundos, salgo del local, apresurándome a llegar al callejón en donde Jack se había metido. Al recordar una escena que había visto de una película de espías, pego mi espalda contra la pared tratando de que él no me viera.

—¿Me extrañaste? —preguntó alegremente.

¿Pero qué?

Inhalo una gran bocanada de aire tratando de tomar valor, antes de asomar discretamente mi cabeza hacia el callejón.

Querida Elsa:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora