XXVI

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Jonathan

Es imposible que esta estructura tan inmensa se mantenga estable bajo todo este edificio. ¿No se tendrían que venir abajo todos los cimientos?

¿Y porqué estoy pensando en las condiciones edilicias del lugar cuando eso es lo menos extraño que está sucediendo?

Voy a dar lo mejor de mi para describir lo que estoy viendo.

Es un complejo enorme, lleno de escaleras que compartimentan de forma disparatada un habitáculo de otro. Es una construcción sumamente rara. A veces es plana y a veces tienen escaleras hacia arriba y hacia abajo pero no hay un piso arriba ni planta baja. ¡Es lo más extraño que vi en mi vida!

Y no termina ahí. Hay muy pocas luces comunes. Y abundan las luces rojas, hay rojo pordoquier, tanto rojo que creo que me duelen los ojos. ¿Quien carajo construyó este lugar tan raro?

—Ok...—Ariana rompe el silencio pero no suena para nada fuerte.— Tenemos que dividirnos.

—¿Qué? ¿Dividirnos porqué?— pregunta Cristian aterrado. Su pánico desmedido ya me está cansando.

—Ari tiene razón.— acota Camila.— Así cubriremos más territorio y vamos a terminar antes con esta pesadilla.

—¿Que es lo que buscamos necesariamente?— pregunto acercandome un poco ya cansado de esta horrible máscara.

—Prioridad: mi madre. Y si encuentran gente con máscara de pájaro acerquense y  preguntenles cosas. ¿A que se dedican? ¿que hacen? ¿porqué todos llevan máscaras diferentes?— se sienten las ansias en el tono quebrado de su voz pero también creo que quiere irse cuanto antes de este lugar, tanto o más que nosotros.

Ella está buscando la verdad a pesar de estar muerta de miedo. Yo le llamo a eso valentía.

—Ok. Separemonos entonces.— dice Cami y ya comienza a alejarse.

—Bueno. Nos separamos pero bajo protesta.— se va Cristian.

Solo Ariana y yo quedamos. Aún sigue siendo ella, a pesar de la careta que nos separa.

—Cuidáte mucho ¿si?— intento calmarla, sé que lo necesita.

—Vos también. Nos vemos en un rato.

—Ariana. Si algo te pasa, lo que sea... gritá, gritá fuerte ¿ok? Yo voy a ir a donde estés.

—Ok.— quiere decir algo más, lo sé y sé que se está aguantando. Quiero que lo diga o que lo haga, solo un toque de manos y listo, no necesito más que eso.

Pero no lo recibo. Eso que quiero no lo obtengo. Ella ya se fue.

Comienzo a recorrer esta extraña pesadilla. Todo parece salido de la atormentada mente de Lynch. Veo gente pasar cómo si estuvieramos en una especie de instituto, pero un instituto muy retorcido.

Todos usan ropa negra y capucha. Todos tienen cámaras de diferentes animales cada vez más variados. Todavía no me quiero acercar a nadie, siento recelo, no lo voy a negar.

En un momento me encuentro con un pasillo que en vez de tener luz roja, tiene luz azul. Esto me llama la atención, supongo que es diferente por una razón específica.

Cuándo me adentro aún más, veo una especie de pequeña columna que en su cúspide contiene un libro abierto de par en par. Me acerco a este para intentar leerlo. Creí que no iba a poder leer con la luz azul y la poca visibilidad de la máscara pero sorprendentemente sí puedo hacerlo.

Hay dibujos de animales en forma de runas con inscripciónes abajo. El libro parece antiguo a juzgar por sus hojas percudidas y amarillentas.

Comienzo a leer las descripciones.

Dentro del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora