Jonathan
De pronto me siento ansioso por esto y eso me resulta raro. ¿Porqué tengo tantas ganas de ir a esa casa? No voy a ser hipocrita, no tengo tantas ganas de ver esa foto. Ariana no parece ser la chica ideal, sin embargo me encuentro a mi mismo deseando verla, ansioso por encontrarla y cruzar un par de palabras. Me encuentro a mi mismo admirando los detalles de esta extraña situación.
-¿Donde vas?-pregunta el tío Alberto parado cerca de mi apoyando una mano en la heladera y la otra en su cintura.
-Esa era Ariana. Una chica de la escuela, le sacó una foto a Magui y ya la reveló asique la voy a ir a buscar. Despúes de eso voy a hacer un par de cosas y a buscar a Magui a la escuela. Asique nos vemos para la merienda.
-Se puede decir que te vas por todo el día. Que interesante.-dice sonriendo y rascando su mentón.
-¿Y eso que quiere decir?
-¡Nada! Tu amiga es algo rara, cuando contesté el telefono ella primero dijo "hola", decile que eso no se hace.
-No es mi amiga. Y si, le voy a decir. Cuidáte viejito mañoso.-digo acariciando su sien y luego me retiro. Agarro mi campera, mis llaves y me voy.
Es raro pensar lo que estoy pensando, sentir lo que estoy sintiendo... no, pero, ¿de que estoy hablando? No estoy sintiendo nada y en todo caso si sintiera cualquier cosa en particular, deberia renunciar a eso inmediatamente. Un pibe como yo, en las circunstancias en las que me encuentro, con la vida que llevo, con el trabajo que hago... ¿que futuro podría tener? Y si me decidiera a lograr algo con alguien ¿que clase de relación seria esa? Escondiendole lo que hago en la noche, poniendola en peligro constante, guardandole secretos reiteradamente... ¿acaso se le puede llamar vida a eso? No claro que no.
Lo único en mi mente es lograr que Magui y el tío Alberto se encuentren bien. Haré mi parte hasta que el tío muera y Magui pueda irse de casa lista para enfrentar el mundo de los adultos. Pensar en eso a veces me parte el corazón pero se que es parte de la vida y no hay nada que nadie va a poder hacer jamas en contra de algo tan sublime y vasto como la vida misma.
Llego al frente de la casa donde la dirección es la correcta. Estaciono el auto en la entrada y contemplo la casa de Ariana Ocampo. Es grande, muy grande, el doble de lo que es la mia. Es de un estilo colonial-ingles con varios compartimentos y extensiones de material duro. Tiene un color celeste claro y el techo es casi tan negro como el pelo de Ariana.
Hay una reja negra antes de llegar al patio delantero el cual es atravesado por un caminito de adoquines perfectamente alineados hasta la puerta principal. Mis nudillos se encuentran con la puerta en seis golpes ritmicos, es algo que siempre hago, es como mi marca, es una estupidez.La puerta se abre y me cuesta trabajo creer que es Ariana Ocampo la que está en la puerta. Está distinta, tiene una remera blanca ajustada, un jean azul oscuro, está maquillada sutilmente y su pelo cae por su espalda libremente en un mar de ondas enruladas oscuras.
-Hola Ariana. ¿Todo bien?-pregunto tratando de ocultar el asombro.
-Todo bien Jhoni.-dice y nos besamos en la mejilla.-Pasá, ponéte comodo.-agrega y yo entro en la casa. No me sorprende que parezca más grande adentro que afuera. Está excelentemente bien iluminada, los espacios son amplios, los muebles no se apretujan, todo está en su lugar y de una forma tan delicada que parece una especie de mini mansión.

ESTÁS LEYENDO
Dentro del Fuego
Storie d'amoreAño 2002. Argentina sigue sufriendo las consecuencias de la crisis económica. Ariana es una joven de familia y amigos, es amable y cariñosa y se encuentra cursando su último año escolar, pero nadie sabe (ni siquiera ella misma) que esconde un secret...