XVIII

51 7 4
                                    

Jonathan

Tengo la piel de gallina. Mi corazón se estremece al oir las dos palabras que nunca nadie me dijo. O que nunca nadie sintió por mi. Pero ¿cómo? ¿cómo puede ser? ¿Cómo supo que era el momento correcto? ¿Cuáles fueron los indicios? ¿Acaso lo siente de verdad? ¿O solo fue un impulso provocado por el dolor? Quizás mi primer paso sea ese, verificar la veracidad de sus palabras.

Y debo ser rápido, debo decidir ahora que decirle. Porque aunque las lágrimas se detuvieron, la hinchazón de sus ojos sigue ahí, el maquillaje corrido sigue ahí, su corazón roto sigue ahi, su mente destrozada también.

-Ariana.-digo nervioso.-¿De que estás hablando?

El desconcierto se hace evidente en su cara.

-Perdón... ¿te asusté?

-No, no me asustaste pero.-Tomo un respiro y vuelvo a sostener su rostro con mis manos. Su cara está hecha para ser acariciada por mi.-Acordáte que tu papá es policía y yo soy un criminal y tu mamá sabe y todo se puede arruinar.

-¡Basta!-dice exasperada sacando mis manos de su cara.-¿Te digo que te amo y me empezás a nombrar las cosas que tenemos en contra para estar juntos?

-¿Y que esperás que haga? Uno de nosotros tiene que pensar con claridad. Y si tengo que ser yo y quedar mal entonces que así sea.

-¡Díos!-grita, grita fuerte.-¡¿Que mierda soy para vos entonces?! ¡Aparecés y desaparecés! ¡Venís a mi casa, trepás mi pared, me besás, me tocás y cuando las cosas se ponen dificiles me das la espalda! ¡Se supone que la histerica tenía que ser yo!

-Claro, porque vos fuiste un angel todo el tiempo. Porque no me histeriqueaste nada ¿no? Y para tu información, trepé tu casa una sola vez ¡y fue antes de saber que tu viejo era la gorra!

-¿Es que siempre se va a interponer algo entre nosotros?

-¡Todavía no hay "nosotros" y ya hay un millón de cosas que se interponen! ¿Pensás que esto es facil para mi? Quiero protegerte ¿no te das cuenta?

Su expresión refleja dolor y confusión.

-Yo...-se traba, intenta no llorar.-Yo sí pensé que había un "nosotros".

Está a punto de romper en llanto otra vez y no creo estar listo para soportarlo. Todo sería mas facil si me odiara.

-Eso es porque vivís en un puto cuento de hadas.

-Jhoni, no sos así, no hagas esto.

-Quizás si soy asi Ariana. Nada más no te diste el tiempo de conocerme bien.

-¿Enserio? ¿Enserio esto termina acá?-comienza a llorar pero no como hace un rato, ahora lo hace controladamente.

-No puede terminar si nunca empezó.

Me doy vuelta para manotear el picaporte pero ella es más rápida. Hace que me de vuelta y agarra mi cuello y nuca con sus dos manos y pone su frente en la mía.

-No, no me podés decir esto.-dice susurrando y su voz me pone la piel de gallina.-No podés reducir esto a la nada porque yo sé que fue mucho más. Todo lo que pasó en este cuarto esa noche y todo lo que podría haber pasado si no nos hubieran interrumpido, no podés negar eso. No me lo quites porque yo tampoco quiero quitartelo.

Su rostro está demasiado cerca del mío.

-Ariana, por favor...-ruego pero es en vano.

-Decimelo, mirándome a los ojos, decime que no querés estar conmigo, decime que no me amás.

Dentro del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora