XLVIII

22 2 0
                                    

Jonathan

Nunca me había sentido así, nunca había emanado de mi interior tanto calor, es como tener una fiebre intensa, de hecho es lo mismo. Mientras las pieles de nuestros torsos desnudos se friccionan tanto, no puedo evitar temblar en pequeños espasmos que no parecen tener intención de abandonarme.

No lo voy a negar, esto me aterra, de hecho estoy muerto de pánico. Es que ella significa demasiado para mí. Y el sentimiento es tan fuerte, la pasión es tan intensa que nos desesperamos el uno por el otro. Las respiraciones entrecortadas y apresuradas dan evidencia del deseo compartido de consumir este fuego. Y tengo todas las intenciones de quemarme.

—Jhoni... —de pronto su hermosa voz rompe el coro de respiraciones y me detengo para mirarla a la cara sin apartar mis manos de su cintura y haciendo el mayor esfuerzo del mundo para no mirar sus pechos que ahora acarician mi piel.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te lastimé?

—Estoy bien tonto, no me lastimaste.

—Ok, perdón, no tenemos que hacer esto ahora si no querés, puedo esperar el tiempo que necesites.

Ella sonríe y me siento aliviado de que se sienta lo más cómoda posible. Quiero que sepa que mi prioridad es cocinar nuestra relación en el tiempo que ella requiera.

—Gracias, pero no es eso... —se detiene y comienza a mirar hacia otro lado nerviosa— Tengo que preguntarte algo...

Se nota que es importante, se nota en la intensidad de su mirada.

—Si, Ari, lo que sea.

—Nunca había hecho esto... sé que probablemente vos...

Ella no puede terminar la frase, sus nervios le juegan una mala pasada. No quiero que sufra más con este tema, por eso doy el siguiente paso.

—Si... Perdón, de verdad desearía que esta sea mi primera vez.

—¡No! ¡No pidas perdón! No me molesta amor, te lo juro. Pero... no sé... simplemente tenía la necesidad de saber.

Comienzo a sonreír y a acariciar su cabello y luego bajo a sus hombros, donde dejo que las yemas de mis dedos desciendan suave por su espalda.

—Daría lo que fuera por no haber desperdiciado mi primera vez, y volver con vos acá, y ahora.

—¿Tan malo fue? —pregunta arqueando una ceja interrogatoria, pero sé que está mucho más curiosa que interrogante.

—Lo fue, si, en muchos sentidos fue una mala experiencia. Fue hace mucho, y yo veía el mundo de una forma muy distinta.

Lanzo un pequeño resoplido al recordar esa situación. Ella levanta mi cabeza son sus manos y me hace mirarla.

—Perdón por recordarte algo que quizás intentabas olvidar, no era mi intención.

Dios, es tan hermosa, amo cada centímetro de ella, es una locura, nunca había sentido esto por nadie.

—Te digo que —le digo sonriendo y la beso antes de seguir— No fuiste la primera... pero quiero que seas la última... ¿trato?

Ella sonríe y comienza a acercarse una vez más.

—Trato...

Nuestros labios se encuentran otra vez. Nuestras lenguas chocan en una desesperada danza. Pero ahora soy yo el que interrumpe el momento.

—Ari, te amo... ¿de verdad querés hacer esto?

—Sí, quiero. Estoy muy seguro Jhoni. Y yo también te amo.

Dentro del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora