Ariana
Maldito arito... Maldito, maldito arito. ¡No me lo puedo poner bien!... Oh, ahí está... si se pudo.
Me miro en el espejo de mí habitación y compruebo que todo esté bien. Analizo mis zapatos negros con evillas plateadas, mí vistoso negro y el peinado que me hizo mamá. Ya estoy semi maquillada, una base informal, tampoco es motivo de algo más ostentoso tratándose de un funeral.
Tocan la puerta.
—Ariana ¿Ya estás?— pregunta Victor del otro lado.
—¡Ya casi!— contesto probandome una camperita roja de cuero.—No, no da para un funeral.
—¿Puedo pasar?— tengo que recordarme que Víctor sigue afuera.
—Si, pasá.
—Llamó papá. Dijo que lo siente mucho y que te diga que te quiere y que lamenta mucho no estar. También me dijo que lo llames cuando puedas.
—Bueno, gracias.— cuando me doy vuelta noto que se puso un jean negro y un cárdigan también negro y debajo de este una camisa gris oscura.—Victor ¿por qué estás vestido así?
—¿Creías que te iba a dejar ir al entierro sola?— sonríe un poco y yo me conmuevo por su gesto.
—Vic...— me llevo la mano a la boca y me encuentro a mí misma tratando de no llorar. Creo que estoy muy sensible y cualquier estupidez me hace quebrar.
—Hey, tampoco te pongas tan ñoña. Solo lo hago para que cuando lleguemos me hagas arroz con leche.
Bajamos al living y el silencio nos envuelve. Enserio, esta parece una casa fantasma. Mamá no llama, a diferencia de papá no me envía sus condolencias y tampoco espero que lo haga.
Le pregunto a Víctor si tiene su llave, agarro la mía y nos vamos de casa.
(...)
Tengo tanto sueño que casi me estoy durmiendo. El hombro de Víctor recibe la mejilla de su débil hermana mayor.
Comienzo a pensar en Jhoni, en lo devastado que se encontraba. Pienso en cuan inútiles fueron mis intentos de consolarlo. Pude sentirlo entre mis brazos, cómo se destrozaba, cómo se caía a pedazos y cómo retenía gritos de agonía por que sabía que su hermana estaba mirándolo.
Mí corazón siente una gran pena por él, por su pérdida pero también por su confusión. La muerte de Alberto supone para Jhoni un inmenso cambio. ¿Con quien va a dejar a Magui cuando salga a hacer un trabajo a las tres de la mañana? ¿Quien se quedará con ella cuando concurra a alguna de sus clases del curso de periodismo si es que lo sigue haciendo?... ¿Quien la va a consolar cuando llore y pida a gritos a su tío estando él tan destrozado?
No puedo creer lo que está pasando. Todos estos acontecimientos sucediendose a la vez proponen un escenario sombrío y surreal.
Lo único que quiero ahora es estar al lado de Jhoni y hacerle saber que cuenta conmigo y que estoy dispuesta a acompañarlo en su dolor.
(...)
Llegamos al cementerio donde se realizará en servicio fúnebre en la capilla perteneciente al mismo cementerio. No se hizo un velorio de muchas horas porque Jonathan dijo que nadie vendría. Y es así, al entrar a la pequeña capilla, veo a Chechu y Rocky tomados de la mano de un lado de la fila de bancas, un hombre que no conozco que creo que es Enrique, jefe de los chicos y pariente de Rocky creo. Casi a su lado en la banca de en frente Jhoni está cabiz bajo junto a su hermanita quien simplemente apoya su cara en el brazo de su hermano... Y tenía que estar ella... Camila...
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Dentro del Fuego
RomanceAño 2002. Argentina sigue sufriendo las consecuencias de la crisis económica. Ariana es una joven de familia y amigos, es amable y cariñosa y se encuentra cursando su último año escolar, pero nadie sabe (ni siquiera ella misma) que esconde un secret...