VIII

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Jonathan

Un pequeño escalofrío me recorre la espalda. La tonalidad de su voz es rara, lo puedo notar. No la conozco tanto pero cualquiera podría darse cuenta.

No sé si es tristeza o preocupación, pero me encuentro a mi mismo queriendo saber que es, deseo averiguar que es lo que le sucede, investigar que es lo que le causa esta incomodidad.

-Contáme. ¿Que pasó?-pregunto tratando de sonar lo más amable posible.

-Pasa que...-se interrumpe a si misma con silencio y comienzo a escuchar unos jadeos extraños, quizás está llorando y se tapa la boca para no reventar en llanto.

-¿Querés que nos veamos?-pregunto tratando de romper su silencio.

-Si. Pero, no puedo. En media hora entro al taller de fotografía.-su voz sigue sonando algo quebrada pero se nota que está haciendo lo posible para mantenerse firme.

-¿Que hago para que no estés así entonces?
Siento un resoplido del otro lado. Espero que sea de un poco de emoción.

-Ya estás haciendo algo. Estás ahí. Eso es todo lo que necesito ahora.-su voz adquiere un poco de fuerza y se acerca más a su tonalidad normal.

-Quisiera saber que te tiene así. Si es que se puede saber.

-Quiero contarte... pero no así. No por acá. ¿Podemos vernos mañana?

-¿Tengo que esperar hasta mañana para saciar la intriga?

Siento su risa y me alegro haber causado algo así en ella.

-Ojalá pudiera hoy pero no. Llego a las 23 a mi casa y tengo tarea para mañana. Perdón.

-Está bien. Mañana hacemos algo entonces.

-Si. Gracias, de verdad gracias... ¡Dios!-siento otro resoplido pero este es de queja.- Tengo que prepararme, no quiero ir.

-¿No te gusta la fotografía?

-Si, me encanta.

-Entonces ¿Porqué no querés ir?

-Porque... quiero seguir hablando con vos.

Un golpe emocional choca en mi pecho y cierro mis ojos mientras apoyo mi cabeza en la columna que sostiene el teléfono. Pareciera que todas mis fuerzas acaban de escaparse de mi cuerpo.

-Yo igual quiero seguir hablando con vos.-respondo bajando los decibelios de mi voz.
Ahora se gesta un silencio y ya no sé que más decirle.

-Me tengo que ir. Voy a llegar tarde... no quiero ir, perdón.

-Pará. Antes que te vallas, necesito que me digas algo.

-¿Que?-pregunta expectante.

-Decime ahora, que es lo que más amás en el mundo.

-¿Enserio?

-Lo primero que se te venga a la cabeza. ¡Apuráte que te tenés que ir!

-Emmm... ok. ¡Lo que más amo en el mundo son los chocolates!

-Genial. Gracias.

-¿Porqué preguntás eso?

-Pasála lindo en tu taller de fotografía Ari. Nos vemos pronto.

-¡Esperá Jhoni!

Pero le corto. Comienzo a sonreír. Ya sé que voy a hacer esta noche.

Me siento en el sillón. Repito sus palabras una y otra y otra vez en mi cabeza. "quiero seguir hablando con vos". Se acaba de originar un bucle temporal que se repite constantemente. Su voz susurrante, la mezcla entre tristeza y melancolía el deseo por mantenerse en el teléfono a pesar de no poder... lo admito, estoy contando los segundos para volverla a ver, quizás después cambie todo pero por ahora esto es lo que siento y me agrada sentirme así.

Dentro del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora