XV

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Ariana

La impresión me sobresalta. Camila no había dicho nada de esto. Yo esperaba a Cristian y sin embargo, tengo a Jonathan a menos de un metro de distancia.

No es famoso, no es un gran artista ni un músico popular o un destacado atleta pero lo sigo viendo como si fuera alguno de ellos.

El silencio que reinaba entre nosotros se intensifica ahora, en este momento de encuentro después de toda la pasión que nos inundó durante esos escasos minutos en mi habitación.

-¿Todo bien?-pregunta en un desesperado intento por averiguar que me sucede.

No, no está todo bien. Mi mundo se vino abajo desde que no me hablás.

-Si, si, todo bien.-respondo tratando de que no note lo nerviosa que estoy.

-No me esperabas ¿no?-emula una simpática sonrisa que se acompaña armónicamente con sus ojos.

-La verdad... no.

-¿Te molesta que esté acá?

-No. No me molesta, pero... ¿no corrés peligro juntandote conmigo?

-Corro más peligro cuando estoy lejos de vos.

Mi imbécil corazón salta de emoción. Late tan fuerte que me sorprende que no él no lo escuche.

-¿Que te hizo reconsiderar?

-Aparte del hecho de que Camila fue a mi casa a amenazarme con cagarme a piñas... básicamente la tristeza.

Estuvo triste... eso quiere decir que me extrañó y si me extrañó es porque quiere estar conmigo. ¿Porqué no lo grita? ¡Quiero que me lo haga saber!

-Yo también estuve algo triste.

-Lo sé. Vení.-dice y me hace un ademán para que camine a su lado.-Camila y Cristian están en el auto esperando.

-Perdón. Por Camila. A veces puede ser insoportable. Voy a hablar con ella.

-No es necesario. Tus amigos te aman. Ojalá tuviera eso.

-¿Amigos que te amen?-pregunto sonriendo pero el mira hacia abajo serio antes de responder.

-Amigos.

Simula una sonrisa forzada y quiero abalanzarme a él y decírselo. Decirle que quizás no tenga amigos pero sí tiene alguien que piensa en él, que llora por él y que lo espera. Pero por sobre todo tiene a alguien que se está enamorando de él.

-¿Enserio estás bien? ¿No te molesta que esté acá?

No me molesta en absoluto porque aunque quizás no terminemos en nada, estás acá, estás hablándome y estás conmigo. Y aunque estés muy lejos de ser mio, amo la idea de tenerte cerca.

-No me molesta para nada, enserio.

Él clava su mirada en mi mientras caminamos.

-Falta media cuadra para el auto. Creo que eso es tiempo suficiente para pedirte perdón. De verdad lamento mucho lo de estos días. No quise lastimarte.

-No lo hiciste. Lo juro. No pasa nada. No sé bien que te dijo Camila pero no le hagas mucho caso. Exagera mucho las cosas.

Ahora su seriedad se transforma en sonrisa. Ya llegamos al auto. Me siento en la butaca de copiloto y giro sobre mi eje para ver a Cami y Cristian sentados atrás sonriéndome.

-Te gustó la sorpresa ¿no?-pregunta Cami arqueando una ceja mientras Jonathan prende el auto.

-Si. Le gustó amor. Está ruborizada.

Dentro del FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora