—¿Qué te hacés el recto? —preguntó Bruna, dándole un golpecito en el hombro—. Pero sí voy a ir. ¿Por qué no querés ir?
Renato seguía acostado, con la cabeza sobre la almohada, boca arriba. Miraba al techo y a su hermana alternadamente.
—¿Tiene que haber un porqué?
Los cachetes de Renato se colorearon de rosado.
—Vos querés ser alguien en la vida, hermanito.
Y tenía razón. Sabía que no podía evitar ir a clases. Quería terminar el colegio. E iba a extrañar a Gabriel. No. No lo iba a extrañar. Ese sentimiento tenía que irse y también el recuerdo del beso.* * *
Capítulo 13
—Bueno, sí hay un por qué.
—¡Sabía! —exclamó triunfante Bruna, dando un pequeño salto.
El lugar se había sumido en el sonido de algunas moscas volando.
—Estoy esperando.
Renato resopló y se tapó la cara con la almohada que había quedado en sus piernas. La vergüenza y el miedo por haber besado a su profesor todavía lo carcomía. Su cara ardía, debía estar como un tomate. Se destapó el rostro y miró a su hermana con preocupación.
—El sábado pasó algo. Yo hice algo.
—¿A quién le robaste esta vez? —Preguntó su hermana menor con enojo. No le gustaba que su hermano hiciera esas cosas, que se metiera en problemas. No quería que un día lo encontrara con la policía llevándoselo, como había pasado con su padre.
—Le robé unos besos a alguien. Es lo único que robé. Te lo juro.
Bruna empezó a reírse y Renato la miró con el entrecejo arrugado.
—¿Y eso es terrible?
—No quería que lo besara… Es terrible… Y es terrible a quién.
A Bruna la risa se le fue de golpe y lo miró con los ojos bien abiertos y los anteojos un poco torcidos.
—¿A quién?
—Yo lo besé a él, ¿entendés? No pude resistirme. Seguro se estaba muriendo de asco o no sé. Me quiero matar. Besé a un “él", era un “él".
—¿Y?
—Es hetero. Yo soy un chico. Él es un él. Me re desubiqué. ¿Con qué cara me va a mirar ahora? No quiero verlo… Y lo detesto… Pero estábamos ahí tan cerca y no sé… Me dejé llevar.
—Bueno, supongo que podés sentir atracción por alguien que odiés. —Susurró la chica, acariciándole el hombro.
—¡No!
—¡Cómo que no!
—¡No me puede gustar él!
—Pero te gusta.
—Cállate.—No quiero.
—Te quiero.
—Yo también te quiero. ¿Y ya terminaste? No me contaste a quién de tus compañeros besaste. Sigo esperando.
—¿Quién dijo que era un compañero?
Renato ya era fuego puro.
—Bueno, creí, el bar, como ibas con tus compañeros.
—¿No tenés que ir a la escuela?
Bruna se fijó la hora en su reloj de pulsera desgastado.
—Ya nos pasamos diez minutos.
—¡Mierda!
—¡Seguí!
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...