—¿Qué hacemos ahora? Tengo dvd, viejo, pero funciona.
—¿Qué película querés ver?
Se durmieron con la cara de Renato apoyada en el pecho de Gabriel, la tele estaba prendida aún, en modo video.
Cuando Renato despertó, estaba solo. Lo primero que pensó fue que Gabriel se había ido.
***
Capítulo 20
Se levantó, sintiendo un poco de frío, seguía desnudo y ahora estaba solo. No despertó con Gabriel al lado, y eso fue lo que lo hacía sentir con más frío.
Se puso desodorante, se vistió con ropa del armario (la que se había puesto el día anterior había quedado tirada en el suelo en la salita) y trató de no pensar que su profesor se hubiera ido de alguna manera.
Cuando salió de su cuarto, escuchó ruidos en la cocina y su corazón frenó sus latidos de golpe. Se acercó despacio, no sabiendo lo que se iría a encontrar. Nunca se imaginó ver a Gabriel ahí, ya con sus jeans y camisa, buscando en los armarios, preparando el desayuno. Suspiró de alivio, el corazón empezó a calmarse, y la lágrimas de sus ojos desbordaban felicidad.
Se quedó mirándolo un rato, con la sonrisa en su cara. Después, sintió miedo de que lo descubriera y fue casi corriendo al baño. Se miró en el espejo, la sonrisa no se la sacaba nada. No podía creer lo que estaba pasando.
¿Ahora qué tenía que hacer? Estaba perdido. ¿Iba y lo besaba? ¿Así de una? ¿Solo lo saludaba? ¿No se acercaba? Estuvo desnudo frente a él, hicieron cosas, se besaron, pasaron la noche juntos, ¿y ahora no sabía lo que tenía que hacer?
Recordar nuevamente lo que había pasado la noche anterior lo hizo sonreír más emocionado si era posible. Tenía una mezcla de felicidad y nerviosismo acumulada en su interior.
Hizo sus necesidades, se lavó los dientes, salió del baño, y despacito, fue a ponerse en el umbral de la puerta de la cocina para ver cómo el ojiverde sacaba el último panqueque, lo ponía sobre un plato y apagaba la hornalla. Veía cómo sus hombros se marcaban con la camisa que llevaba puesta y se hipnotizó con los movimientos.
Sentía cierta calidez en el pecho y una emoción atrapada en su garganta ante aquella situación, en la que no sabía cómo tenía que actuar. Pero, entonces, Gabriel se dio vuelta y Renato pegó un saltito, poniéndose colorado. Gabriel le sonrió.
—Buen día —dijo el ojiverde.
—Buen día.
Gabriel estaba por avanzar para darle un beso, pero como vio que Renato se quedaba ahí, apoyado contra el umbral, casi sin mirarlo, cambió de opinión y se quedó en el lugar.
—Encontré la llave de la puerta en tus pantalones y fui a comprar algunas cosas para el desayuno, no te usé nada y compré unas cosas para ustedes. Espero no te moleste.
—No tenías por qué.
—No me molesta. No me costaba nada.
—Gracias.
—De nada. Bueno, ya está todo listo —dijo Gabriel, mirando la mesa. Y era verdad. Había una jarra con jugo de naranja, platos, vasos y cucharas puestos, un tarro de Nutella y otro de dulce de leche. —¿O querés otra cosa? No te pregunté, estabas muy dormido, no quería despertarte.
—Está bien.
Las palabras no le salían a Renato. Todavía no podía creer todo eso, que hubieran pasado la noche juntos, que Gabriel estuviera ahí con él aún, que irían a desayunar juntos. Solo podía pensar en que era la mejor mañana de su vida.
Se sentaron uno al lado del otro ante la mesa, dándole la espalda a la entrada de la cocina. Antes de empezar a hacer nada, se la pasaron dándose miraditas que después apartaban. Querían besar al que tenían al lado, pero uno pensaba que el otro no quería, y el otro no sabía si era lo que tenía que hacer.
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
