Renato se lo quedó mirando y Gabriel lo notó.
—¿Qué? —Preguntó confundido mientras seguía riendo.
El chico pasó el dedo por las arruguitas que se le habían formado al ojiverde en la nariz.
—Te extrañé —dijo entonces Renato y fue a abrazarlo.
—Yo te extrañé a vos, Chiquito. ¿Qué te parece si hacemos una cena de regreso en casa este fin de semana?
—¿Me dejás que prepare todo yo, Gabi?
—¿Me querés sorprender?
—Sí, Gabi.
Gabriel le sonrió y asintió con la cabeza en respuesta.
—Me encantaría —agregó.***
Capítulo 75 (Final)
Entonces, aquel sábado, en la noche, después de unos días de ansiedad, Renato empujaba a Gabriel para que se metiera en su habitación hasta que él terminara toda la cena.
—Pero… —reía Gabriel mientras trataba de resistirse.
Plantaba decidido y con fuerza los pies en el suelo. Trastabillaba hacia atrás de vez en cuando ante el empuje del castaño, pero apenas logró moverlo unos milímetros en dirección de la puerta del cuarto, que el ojiverde daba la espalda.
—Shh… ¡Gabi! —protestaba el chico, también riendo.
—Quiero chusmear —dijo Gabriel.
—¡Que no!
—Un poquito…
—¡No! ¡Nada!
Gabriel le hizo trompa y fue solo a encerrarse en su pieza. Pero segundos después, volvió a abrir la puerta y asomó su cabeza por un resquicio.
—¡Gabriel!
—¿Un beso?
Le hizo la trompa.
Renato rio y se acercó a darle un besote en los labios.
—Ahora te voy a llamar Trompita.
—He creado un monstruo de los apodos.
El castaño rio mientras se cerraba la puerta otra vez.
Sin perder más tiempo, el chico corrió a la cocina para preparar la comida (revuelto de gramajo).
Gabriel estaba sentado a los pies de la cama. Solo iba con sus shorts de Boca y una remera larga. Por más que no quisiera sacarse sus shorts, creía que no pegarían con lo que Renato le estuviera preparando, por lo que se puso de pie y buscó una vestimenta más adecuada. Además, quería vestirse lindo para aquella ocasión especial, y para Renato.
Agarró unos jeans negros, nuevos, sin estrenar, una camisa blanca, unos zapatos negros de vestir… Podría parecer mucho para otras personas, pero para él no, menos en ese momento.
Se fue a bañar, lo que le llevó media hora. Se miró al espejo luego de sacar el vaho que había quedado en él con una toalla y se peinó los rulos, que se había recortado esa semana. Acto seguido, se afeitó y se echó desodorante.
A continuación, se vistió y se puso perfume, el favorito de Renato, y ahora el favorito suyo también.
Recordó entonces un moño que le habían regalado, pero que no había usado nunca. Tal vez aquella noche podía ser su noche de estreno.
En el tiempo restante, se la pasó acomodándose la ropa unas veinte veces de lo nervioso que estaba. Gabriel y el castaño ya habían tenido encuentros antes, pero aquel lo ponía nervioso y no sabía por qué. El aire estaba enrarecido y no podía especificar si la sensación que le producía era buena o mala.
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...