A la salida del colegio, Bruna y Renato caminaban a la parada del colectivo cuando el chico vio un cartel en una de las paradas. Era un cartel del recital que Ulises Bueno iría a realizar por tres semanas en el Luna Park.
—¿Ese no es el que le gusta a Gabriel? —Preguntó Bruna, que estaba al lado de su hermano, quien miraba el cartel muy atento.
A Renato una idea empezaba a perfilarse en su mente.
***
Capítulo 46
—La entrada más barata sale mil pesos. —Se desanimó Renato. Comprar dos entradas de mil pesos cada una parecía imposible, aunque tal vez podría comprar solo una para Gabriel. Iría solo, pero lo disfrutaría. —Podría comprar solo para él.
Renato habló. Estaban Valeria, Bruna y él en la cocina, cenando tortilla de papa. El chico había hablado por teléfono la noche anterior, lunes, para saber el costo de las entradas y ahí le habían comunicado. Ese martes se había quedado preocupado el día entero porque no sabía cómo conseguir tanto dinero en tan poco tiempo. Tanto fue así que Guido, que se había quedado un rato con él en el almacén, le había preguntado qué le pasaba.
—Yo sé cómo conseguir esa plata. Ese cliente ricachón no deja de venir.
—Estás loco. No voy a agarrar nada que venga de vos.
—Dale, esa persona ni los va a extrañar.
—Tenés que empezar a cambiar, Guido, lo que estás haciendo no está bien.
—Seguí sufriendo por la guita. O pueden colarse.
—Vos querés ir con él, cielo —le dijo Valeria, dejando el tenedor en el plato, haciendo que el castaño saliera de su mente, donde había estado inmerso —No está mal que gastes para divertirte con tu novio, ¿sabés eso, no?
—Pero…
—Nosotros estamos bien. Y tampoco va a pasar nada si gastas después de mucho tiempo.
Guardó silencio, pensativo. Después de que su padre hubiera dejado de trabajar porque habían cerrado el taller de carpintería donde trabajaba, todo se había ido a pique. Él tenía catorce años cuando sucedió. Y su madre, que se había dedicado a ocuparse de la casa y de ellos y remendaba ropa a pedido, había decidido buscar un trabajo en serio, que consiguió tiempo después, en una peluquería, como encargada de la manicura, pero sin dejar de remendar ropa o hacer otros mandados por dinero. Mientras, habían estado casi en la lona, su padre parecía no encontrar trabajo, se ausentaba de la casa por varias horas, se drogaba y terminaba discutiendo con Valeria.
Cuando estaba por cumplir los diecisiete años pasó lo peor. Su padre robó en la peluquería donde trabajaba su madre un día que a ella no le tocaba trabajar. Él había intentado escapar y los policías lo esposaron en la puerta de su casa, frente a Bruna y Renato, y se lo llevaron. A su mamá la echaron por tal acto de su marido y desempleada empezó a buscar otro trabajo, y Renato, a robar y buscar trabajo al mismo tiempo. Después, su padre murió en la cárcel, y el chico seguía en búsqueda hasta que el padre de Guido le ofreció el trabajo en el almacén.
Y ahora, Renato tenía miedo de volver a caer. Pero él no era débil, no, él podía hacer las cosas bien.
Su madre golpeó la puerta de su cuarto al tiempo que le pedía permiso para entrar. Se corrió a la pared para dejarle lugar en la cama, ella se sentó en el borde y empezó a acariciarle la cabeza.
—Sé que estás recordando esos tiempos. Pero ya todo cambió.
—Hasta que te vuelvan a echar del trabajo cuando se enteren de que papá robaba o se drogaba o las dos cosas.
Valeria suspiró.
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Chico problemático // Quallicchio
Romance-Repitió segundo y cuarto. Golpeó a sus compañeros en varias ocasiones. Y una vez golpeó a un profesor. -¿Le preguntó por qué hizo eso? -quiso saber Gabriel. -¿Y por qué iba a ser? Causar problemas es su afición. Quattordio es un chico problemátic...
