Capítulo 29

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      Andrés había hecho lo posible para alejarlo de él, lo había reprobado a propósito, le había pegado una piña, le había hecho creer al rector que él le había dado un golpe y lo habían suspendido por tres días del colegio, se había empezado a desfilar por su cara con una mujer diferente cada día…
    Gabriel le había dicho que le pasaban cosas, que pensaba en él, lo había besado, lo había acariciado, le había agarrado de la mano cuando más lo necesitaba…
      Y se había encontrado con que su ex estaba en su casa, desnuda y la iban a pasar juntos…

                                 ***

Capítulo 29

         Las diez y Renato no aparecía. Gabriel se colgaba demasiado pensando en que le podría haber pasado algo o que se había arrepentido de querer ir. No quiso poner las empanadas al horno hasta que no apareciera Renato, y mientras sus amigos tomaban una cerveza, hablaban y reían, sentados en el sillón, Gabriel agarró el teléfono inalámbrico de una de las mesitas de al lado del sofá y llamó a la casa del chico.

         Le había atendido Valeria. Le dijo que Renato no estaba en la casa, que seguro ya había ido para allá y estaría por llegar. Cortó y se lo comunicó a sus amigos, preocupado.

—Esperemos un rato, tal vez en diez viene —trató de tranquilizarlo Gastón.

     Lo único que llegó a los diez minutos fue un llamado telefónico. Agarró su celular, y era Lucía.

—Hola, Lucía.

—Hola, feliz cumpleaños.

—Gracias.

—Chiara te manda felicidades también.

—Gracias y dale muchos besitos de mi parte …Mañana la traés, ¿no?

—Sí, quédate tranquilo, ella tiene muchas ganas de verte. Y yo también.

—Lo siento —solo dijo.

     Sabía que Lucía quería que la invitara a su cumpleaños, pero no le parecía nada correcto, y tampoco era lo que quería. Si invitaba a alguien que no fuera su familia al festejo familiar iría a ser a sus amigos, a Chiara y a Renato, no a ella. Se sintió un poco culpable por sentir de esta manera y tal vez por eso le estaba diciendo que lo sentía.

    Escuchó un suspiro al otro lado de la línea.

—Estuve en tu casa.

—¿Qué?

—Hace rato. Te estaba esperando…, pero tardabas y me fui. Mamá me llamó porque Chiara se había puesto a llorar y no paraba.

—¿Chiara está bien?

—Sí, solo me necesitaba a mí.

—Lucía cortamos —le dijo de repente.

—Ya sé, pero quería, no sé, ver si podía arreglar algo…

      Debería haber esperado más tiempo para presentarse así a la casa o no debió haberle dicho nada, pensaba Lucía.

—Ah, y vino ese alumno tuyo… Pero se fue.

      Renato.

—Hiciste que Tato se fuera.

—Seguro quería hablar de la materia. La verdad, me parece…

—¿Qué le dijiste? —La cortó Gabriel. “Cállate” estuvo por soltarle, pero trató de serenarse, no  quería que notara lo perturbado que estaba de pronto. Gastón y Agustín lo miraban preocupados porque ellos sí se daban cuenta.

Chico problemático // QuallicchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora